«Con ‘Justi&Cia’ no buscaba hacer el Padrino IV, sino una película para entretener al espectador». Ignacio Estaregui

“Tú lo has pensado, él lo ha hecho”. Este es el magnífico eslogan para promocionar la película de Ignacio Estaregui. “Justi&Cia” es una road movie en la que Justino (Hovik Keuchkerian), un trabajador despedido por su empresa, se lanza a la carretera para ajustar cuentas con los que han despilfarrado el dinero público. A la aventura se le sumará Ramón (el tristemente fallecido Álex Angulo), un jubilado con poco que perder. Sin embargo, este lema promocional se puede aplicar también al joven realizador aragonés: hace año y medió se quedó sin su trabajo como realizador y se jugó todo a esta película, que se estrena esta semana.

Ignacio Estaregui

Ignacio Estaregui

Yo llevaba seis años, pero había compañeros de hasta 30 años… Y mira, de un día para otro a la puta calle. Por mucho que te lo puedas imaginar, cuando llega el día no te lo llegas a creer de verdad. Nos echaron a ocho trabajadores de golpe, de doce que estábamos. Llevábamos dos años muy mal, con retrasos de pago por una mala gestión. En tiempo de bonanza, la empresa fue bastante bien, pero no supo adaptarse. No diversificaron ni crearon proyectos fuertes o novedosos. Estaba de realizador, guionista, productor… de todo. Lo bueno es que he aprendido mucho y he sido autodidacta. Aunque ahora creo que es lo mejor que me ha podido pasar y me puedo dedicar a mi auténtica pasión: el cine.  Aunque debo reconocer que en su momento fue duro. Tenía un sueldo y estaba acostumbrado a un ritmo de vida. Estaba ocupado, veía películas, el fin de semana descansaba…. De repente, sin trabajo y sin respaldo económico es cuando ves la vida de otra manera. Tenía que pagar un alquiler… pues me lancé por la desesperación al vacío.

¿Tenías algún boceto del guión antes de empezar el proyecto?

No tenía nada. El 1 de mayo de 2013 me echaron y he levantado todo desde entonces. Una noche estaba tirado en el sofá de casa, tomando conciencia, viendo como estaba el sistema y cómo estaba mi vida, y tuve la idea. Generé los personajes la historia, pero necesitaba a alguien más porque tenía que preproducir y preparar al equipo. En un curso conocí a dos guionistas y confié en ellos (Enrique León y Borja Monclús). Ha sido una relación intensa con discrepancias artísticas, pero lograron desatascar ese aspecto.

 En tiempos que es tan difícil levantar un proyecto de estas características, ¿cómo te las ha apañado para producir y buscar capital?

 Yo produzco junto mi novia. He capitalizado el paro para comprar el material y contaba con el dinero que gané en un concurso de televisión. Aunque, por supuesto, contamos con coproductores. Pienso que la película tiene una capacidad comercial. Si funciona creemos que esa gente puede recuperar la inversión.

 ¿Y qué tal has llevado la tarea de ser director y productor al mismo tiempo? Existen realizadores que se niegan a realizar ambas tareas porque las ven contradictorias.

Cartel promocional de "Justi&Cia"

Cartel promocional de «Justi&Cia»

De maravilla porque he mandado yo y era consciente de hasta donde podíamos llegar. La libertad y autonomía que he tenido es lo que me ha hecho trabajar a gusto. He estado con el equipo de siempre y me siento cómodo. Sé que me estoy jugando todo a una carta y tengo todo el control. El hecho de esta dualidad es una gozada.

No escondes que es un film de género, con unas intenciones comerciales muy claras, es de agradecer. ¿Por qué has decidido plantearlo así?

Es una película hecho por y para el público. Es una cosa que tenía muy clara. No iba a hacer el Padrino IV, sino una película para entretener al espectador. En España desde hace 30 años vivimos en un circulo de subvenciones que no nos pueden atar. El cine es cultura, sí, pero necesitamos una industria. Estamos metidos en un pozo sin fondo . Lo que tenemos que hacer es darle al espectador lo que quieres y solo después vendrá el arte y la cultura. Hay que pensar en entretener. Sin cuatro ‘blockbuster’ no se puede hacer otro tipo de cine de arte y ensayo. En EEUU sí que hay subvenciones pero están asociados el ministerio de industria. Si alguna vez sale la ley del mecenazgo sería casi lo ideal. Porque estas subvenciones que se hagan películas que llegaban amortizadas a las salas y no han interesado estrenarlas. Sólo se pensaban en sus bolsillos. El negocio era ese: no llevar a la gente a las salas.

¿Cómo has querido enfocar el tono del film?

Son dos tíos en una furgoneta recorriendo el país y, como en la vida, les pasa de todo: humor, aventura, drama… Los personajes que salen supera a la ficción. Son el ejemplo de la carroña entre la que vivimos. Resulta que acaba siendo humor negro, pero es real. ¡Existe un tipo es España que ha demostrado ante el juez que le ha tocado siete veces la lotería! ¿Qué clase de cinismo es ese? Queremos crear ese antihéroe con el que la gente se identifique. Como dice el eslogan: “Tu lo has pensado otros lo han hecho”.

Pensaba que el eslogan también iba por tu historia propia…

También es un poco por mí. Uno de los pilares de la escritura de guiones es el viaje del héroe. Yo también lo estoy viviendo. Uno que se lo juega todo a uno y no sabe qué va a pasar. Otro tema de la película es la cobardía, que creo que mi subconsciente también ha querido retratar.

¿Y qué esperas despertar en la conciencia del espectador con este planteamiento?

Imagen del rodaje de "Justi&Cia"

Imagen del rodaje de «Justi&Cia»

Creo que lo que va a a propiciar es que la gente fantasee. De hecho, creo que no pretendo ser moralista, ni panfletario, ni político. El personaje realiza los actos por motivos suyos. No creo que sea la ideal. Queremos dar el personaje una gran variedad de matices para que la gente se plantee si realmente es el bueno de la película. Lo que está claro es que no es es malo. Depende del grado que tenga el espectador.

Eres consciente que si no dibujas unos límites se puede malinterpretar y te pueden caer muchas críticas… 

Van a venir hostias por todos los lados, aunque creo que por la temática no. El que se dé por aludido tiene un problema del copón. Es gentuza que nos han robado a todos y en la película se les da un escarmiento. De hecho, es ficción, es una película y no tengo ningún tipo de remordimiento. No tengo a nadie encima así que estoy muy tranquilo. No nos estamos guiando por un patrón políticamente correcto, pero tampoco estamos rodando la irreverencia del siglo. El espectador será el que juzgue. A mi es algo que me ha salido de las tripas. Igual salen a la calle a reventar cabezas, no lo sé, ojalá.

Decías antes que has contado con tu equipo tradicional, ¿cómo conseguiste convencerles?

Fue muy fácil involucrarlos. Muchos estaban en paro y yo les pagué. Además, es mi equipo. Por ejemplo, mi director de fotografía siempre ha sido Beltrán García. ¿Cómo voy a permitir que viniera alguien de fuera? Todo el mundo ha cobrado y ha estado afiliado en la Seguridad Social. Me he financiado yo, como ya he explicado antes, casi todo privado. De hecho, a las instituciones públicas sólo les he pedido los permisos de espacio.

¿Y no valoraste nuevos medio de financiación como el Crowfounding?

No creo en este sistema. Tengo la extraña sensación de que el sistema sabe darle la vuelta a todo para que nos parezca genial y en realidad es una puta mierda. Es decir: ¿Emprendedores? Mentira, supervivientes. ¿La crisis trae oportunidades? Falso, el hambre agudiza el ingenio. Este sistema desprestigia los proyectos. Tiene que ser de otra manera, pero yo no la conozco aún. Es mas fácil que convencer a una persona para que ponga 3.000 euros que a 3.000 personas para que pongan un euro cada uno.  Lo que se necesita son incentivos fiscales. Exista gente que gana mucho dinero trayendo pescado de Noruega, pues que luego lo ideal es que invirtiese en el cine. Es hacia dónde deberíamos ir. Mecenas ha habido toda la vida, desde el renacimiento. El mayor pintor de todos los tiempo no habría podido hacerlo sin sus amigos mecenas. Siempre ha estado este sistema. En España, el problema fueron las subvenciones mal adjudicadas.

Veo que no nombras al pirateo como uno de los mayores problemas.

Creo que hay un error de base que se nos oculta. Una vez más, el sistema es muy listo y nos hace creer que es gratis, no lo es. Solo si robas wifi al vecino. En el momento que estás pagando 40 pavos al mes no estás bajándote nada gratis. Si eso lo estudias a fondo, hay gente de compañías telefónicas frotándose las manos. Se está criminalizando a la clase media, gente que no puede ir al cine más de dos veces al mes. No digo que está a favor, pero no estoy en contra tal y como lo están vendiendo. Hay un anuncio de Orange de 4G que dice que úsalos para bajarte los documentos del trabajo. ¡Anda ya! Es para bajar las películas en alta calidad. Debería destinarse un porcentaje a un fondo, dependiente de cultura o industria, para que se nutriesen tanto discográficas como productoras.

Sí que estarás de acuerdo en que el retraso en ciertos estrenos no ayuda a mejorar la situación.

Ya no pasa tanto, pero aún surgen casos como con “Cabin in the woods”. Vivimos en el mundo de aquí y ahora. Tampoco puede ser tan así. Creo que como espectadores somos demasiado exigentes. A mí no me importaría esperar para verlo con buena calidad. La gente está bajando el listón, es una pena. Vamos a la ultradefinición para verlo en una pantalla de ordenador. Yo no voy a poder frenar que la gente la vea en su casa pero yo quiero estrenar en cine. Soy un romántico. Si veo mi trabajo anunciado por la calle y hay un público que paga una entrada para verlo, ya me podré morir tranquilo.

¿Tú vas mucho al cine?

Iba muchísimo, pero me instalé una pantalla en casa y compro muchos DVDs. Veo muchos extras, con los que he aprendido mucho, además.

¿Y no echas en falta el ritual de ir a un cine y sentarte delante de una gran pantalla rodeado (o no) de gente y que se apaguen las luces?

La sociedad evoluciona a otro lado. Es como cuando nuestros padres añoraban sus tiempos. Nosotros ya somos mayores y nos está pasando. Las nuevas juventudes van por otro camino.

Se está planteando que cada película tengo un precio diferente. ¿Qué te parece cómo medida?

No, no. No estoy de acuerdo. Pero nada de nada. Es un argumento muy fácil de rebatir. Una película no se mide por lo que ha costado, se mide por lo que te ofrece. Estás pagando un emoción, una sensación, una hora en tu vida, una experiencia que te mete un otro mundo. Un “Iron Man” puede ofrecerte la mitad que una mas barata. En DVD por los extras y tal, pues ya puede haber una variación.

Hablas mucho del DVD. ¿Qué has aprendido con los extras?

No he estudiado nada de cine y sólo lo aprendes de dos maneras: o viendo y leyendo a gente que sabe o haciéndolo. Los trabajos que he hecho han sido ensayo error. Y aprendiendo de ello. Esa es la mejor manera. Y creo que con los extras de una película de David Fincher se aprende más que en una semana en una academia.

Uno de los “making of” más famosos, que además se convirtió en película es “Lost in La Mancha” (sobre el frustrado intento de Terry Gilliam de llevar Don Quijote a la gran pantalla), ¿lo has visto?

Sí, aunque si lo ves ya casi no te entras ganas de hacer nada. Con las escenas que tiene que dar explicaciones a los inversores realmente pasa algo parecido: de vez en cuando dan vueltas por el rodaje…

Hablas de David Fincher, un tipo que además de haber realizado estupendas películas (“El club de la lucha”, “Seven”, “Zodiac”…) revolucionó el videoclip en los 90. ¿En este sector qué es lo que más te interesa en España?

El mejor para mí en estos momentos es Kike Maillo. Sobre todo por los trabajos que ha hecho con Manos de Topo. Sin embargo, la película que hizo, “Eva”, no me gustó del todo. Que un tipo con tanto talento le pase esto es raro. Yo creo que fue la presión: mucho dinero. Es un fenómeno y esperaba más. En España estamos lejísimos de hacer cosas buenas.

¿Por dinero?

No, por pasta y creatividad. La industria de la música está aún peor que la del cine así que no hay presupuestos para hacer las cosas bien. La gente de Canadá están muy bien, aunque no sean de mi rollo. Pero prefiero la primera etapa. Por ejemplo, el que hicieron para Justice, «New lands» no me gustó nada.

Tus vídeos veo que están cuidados e intentas darles buen empaque visual, con una evolución. Lo que he detectado es que la calle es un espacio al que siempre das mucha importancia.

"Vagabundo", de Dani Ro

«Vagabundo», de Dani Ro

No me había dado cuenta, pero puede ser. He trabajado mucho con gente del hip hop. Empecé con Dani Ro y ganamos el premio de la música de 2007, con “Vagabundo”, y ya fue una espiral. Luego me llamaron Mallacán, Jahsta… pero yo no soy rapero. También tengo que decir que el hecho de que Rapsus Klei en «Hiphpokresia» me propusiera trabajar con él me pareció un lujo.

Precisamente me parece el menos interesante, aunque puede que sea el que mejor acabado tenga.

Pues para mí es el que mejor se adapta al artista.

Me gusta mucho “El rey de la calle”, de Dani Ro. Parece una homenaje a Spielberg.

Está hecho con 100 euros. Iluminamos con los faros de la furgoneta. Dentro de una precariedad pero con mucho amor. Y lo de Spielberg supongo que es porque somos la generación de “Los Goonies”, que nos marcó muchísimo ese tipo de cine. Yo estoy un poco anclado en esa época. Yo vi “Las Tortugas Ninja” en el Palafox… Son esas cosas que las llevas dentro. Como espectador soy muy ecléctico. Cualquier cosa. Ya soy capaz de ver la técnica y la película.

¿Qué te ha marcado como realizador?

“Atrapado por su pasado”, de Brian de Palma. Creo que fue la primera película en la que vi que lo importante no es lo qué cuentas sino cómo lo cuentas.

Aunque incluso has realizado animación…

"This time we fall in love", de The Patinetttes

«This time we fall in love», de The Patinetttes

Fue con The Patinettes con «This time we fall in love» y resultó una experiencia regular. Es una lástima el acabado porque creo que la idea es brutal. Es una pieza que le pegaría mucho a alguien como Katy Perry. Es un poco el quiero y no puedo. En ese vídeo acabé poniendo pasta de mi bolsillo

¿Este tipo de proyectos iban por medio de tu productora a corrían por tu cuenta?

Por mi parte. Y los videoclips igual. Todo lo creativo ha sido por mi cuenta siempre y es como he crecido espiritualmente.

¿Te consideras una persona melómana?

Poseo una bajísima cultura musical.

¿Y por quién te has dejado aconsejar para la BSO de la película?

Luis Jiménez, que es el que siempre me ha hecho las bandas sonoras. Es un crack. Y luego soy muy amigo del Factor Humano, supongo que habrá algún tema seguro.

He notado cierto trasfondo social en tus vídeos, ¿es algo buscado?

Puede ser también por el rap, porque mi conciencia social hasta hace poco, hasta que decidí la película, era la normal, la estándar. El típico español que está harto pero no hace nada y no va a ninguna manifestación. Hubo un momento que vi la mierda que es esto. Pero en los vídeos no lo buscaba, supongo que era por la música. En mis trabajos yo siempre propongo pero la opinión final siempre es de los músicos. Un video es para toda la vida.

¿De cual de todos ellos te sientes más satisfecho?

"El Vagabundo", de Rapsus Klei

«Hiphopkresía», de Rapsus Klei

No me termina de gustar ninguno, pero el de Rapsus Klei es el que más me gusta. Mas bien, menos me desagrada.

¿Y como profesional cuál es el que más te ha aportado?

“El vagabundo”, de Dani Ro, porque ganamos un premio de la música. Cuando entré a trabajar en la productora me preguntaron por su coste y fliparon: 300 euros. Me dijo el jefe que con diez veces más no consiguen eso. Está hecho entre amigos. Todo el mundo hizo de todo y muchas horas por amor al arte. Ahora cobro y eso no es lo normal. Soy consciente de que soy un privilegiado, aunque no puedas vivir de esto. Ojalá pudiera hacer más cada mes.

¿Crees que los grupos invierten poco dinero en este tipo de promoción?

Un grupo que en teoría tiene proyección no puede quejarse de que le presupuesten alto, sabiendo que realmente va a costar ni la mitad de la mitad de lo que valdría de verdad. Entonces, ¿a qué jugamos, en qué liga estamos? Yo no hablo de la gente que está empezando. Vivimos en un mundo raro y todo el mundo puede hacer de todo y se mezcla. La mediocridad y la genialidad están mezcladas. Yo soy muy crítico. ¿Cuantos grupos de Aragón viven de esto? Hay que apuntar alto si te pones. Además, que hay poca gente a la que acudir. Yo he acabado un poco quemado porque no se puede trabajar en condiciones. Los músico no pueden entender que al igual que un disco queda mejor con un buen micrófono, un videoclip va verse mejor con una cámara más cara. Pues no lo entienden.

“No quiero ir a la disco” de El Factor Humano arranca con una gran idea. ¿No te apena haberla quemado tan pronto?

"No quiero ir a la disco", de El Factor Humano

«No quiero ir a la disco», de El Factor Humano

No sé hasta que punto me puedo plagiar. Insito, soy muy consciente de mis errores, fue muy complicado. No tuve la planificación para hacerlo más complejo.

Ahora que te lanzas al cine, ¿descartas hacer videoclips o aún no estas quemado?

Me encantaría. Estoy quemado de las maneras que lo he hecho. La película es de bajo presupuesto pero estamos haciendo las cosas tan bien que va ser una putada trabajar en precario. A mí me gustaría vivir haciendo películas y videoclips. Fliparía. Si la película me lleva al camino, genial. Tengo un plan de ideas muy buenas.

¿Utilizarías este medio como un banco de pruebas?

El vídeo te permite libertad que en otros medios no se puede. Tengo una idea cojonuda desde hace cuatro años, pero no he encontrado el grupo ideal. Amaral, por ejemplo, sería perfecto para esto. Brutal. Lo que ya no vuelvo a hacer es un cortometraje. No dejan dinero, no puedes vivir. Ya he hecho cuatro y ya están ahí. Y van de peor a mejor. Mi caso no es el típico de hago unos cortos y hago película. Ha surgido así.

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