Entrevista a Mc Pérez. «Pinchar con vinilos es de los pocos modos en los que un DJ puede legitimarse»

Eran tiempos en los que los hermanísimos Gallagher ocupaban los periódicos por sus sonadas disputas y su afición a todo lo que no le gusta a ninguna madre, la electrónica había chocado de lleno con el rock y Prodigy y los Chemical Brothers eran lo más de lo más y mi padre estaba muy indignado y, bueno, el PP comenzaba su primer reinado en España para disgusto de mi abuelo, pero eso es otra historia. Era 1996 y lo más importante del asunto es que yo tenía unos 16 años y estaba en plena efervescencia. Todo era nuevo y excitante y la música ya se situó como una de las pasiones de  mi vida. Pero para un chaval que se cría en el Pirineo oscense no es fácil encontrar un garito nocturno en el que mover la cabeza (las caderas, sin drogas, no las mueven los caucásicos, eso está científicamente demostrado) sus temas preferidos si no le gustaban los 40, la pachanga o el bakalao. Heme yo en esa tesitura hasta que un día cualquiera que no recuerdo conocí uno de los bares que me marcarían para siempre. Se llamaba Nicholson y estaba en Sabiñánigo, al lado de mi instituto. Escuchar, así de golpe, Suede, Rage Against The Machine, U2, Primal Scream o Rammstein en un mismo bar fue un orgásmico shock para mí.

El caso es que el local estaba regentado por Miguel Corral, un serrablés que más tarde, tras cogerle el gustillo a eso de cambiar discos, pasaría a llamarse Mc Pérez y se crearía un importante nombre recorriéndose algunas de las salas especializadas más importantes del país.

En Aragón ha pinchado en la Reset, Morrissey, Superfly, Florida135, El Cubo, El Cairo, Central, Pulp, Sala Oasis, Brit, FLOW Microclub, etc… a la vez de festivales como Periferias, Bleep o Neos Festival. Posteriormente se trasladó a Madrid buscando, como REM, «nuevas aventuras en alta fidelidad», pinchando en salas como Le Garage, Low Club, Siroco, Café la Palma y en gran parte de la comunidad valenciana como Uno Caffe, Yah-Yah, Mill Club, Látex, The End, Samana, Groovy, Stereo , Metro Dance Club, Picadilly, etc… Sin olvidar festivales como el Electrosplash, BM06, Moncofa Festival, Beach o el Sun & Electronics…

Como figura que significó mucho en mi pasión melómana, tenía una entrevista pendiente con él. Y aquí está, en la que hablamos de sus comienzos como hostelero en un pueblo tan complicado como Sabiñánigo, de los DJs actuales, de la música disco y del nuevo proyecto en el que se han embarcado, Superdisco (en Madrid).

El Nicholson fue el primer bar en el que descubrí buena música y me abrió los oídos, incluso me reconcilié con la electrónica, hasta entonces vetada. ¿Cómo recuerdas esa época? 

Abrir el Nicholson obedecía a dos necesidades. La primera es que si algo ha definido mi vida es la música y tras estudiar en Madrid sonido y guitarra ya empezaba a recopilar buenos discos de todo estilo: desde Kraftwerk hasta Van Halen. Mis amigos no entendían muy bien que me gustara por igual la música electrónica y el rock. Salir de copas en Sabi me resultaba incomodo por que estar con mis amigos era estupendo, pero la música en los bares, excepto quizás el Narvik en su mejor época o La Luna Park, que se dedicaba al rock, lo demás era muy comercial y sentí la necesidad de ofrecer una alternativa de ocio en mi pueblo, en la que ademas de buenas copas y cervezas de importación el publico se pudiera pasar la noche disfrutando de buenas canciones sin importar estilos. Ademas, entonces trabajaba en la radio y eso hacia mas fácil mi acceso a novedades.

Mc Perez

Mc Perez

La segunda razón, como no, era poder emprender mi negocio. Abrí el Nicholson con la ayuda de mi familia. Los principios fueron duros porque el publico no entendía que en vez de Juan Luis Guerra sonaran Oasis, Blur, Beck… etc, pero poco a poco la propuesta encajaba. La competencia llamaba al bar “el garito de los modernos”. Ofrecía conciertos de bandas de blues y rock traía DJs de Huesca o Jaca para ofrecer fiestas temáticas dedicadas a la música siniestra, al EBM o la Flower Power. El Nicholson era el lugar al que acudía gente del valle, de la provincia y de Zaragoza. Incluso turistas vascos que venían a esquiar pasaban la noche arropados de un buen ambiente, la mejor música disponible y copas bien servidas a precios lógicos. Fue un éxito al que contribuyeron unos grandes compañeros trabajando conmigo en la barra y un equipo de sonido excepcional. También ofrecía exposiciones de fotógrafos y artistas.

Por desgracia, surgieron problemas con el volumen del local, continuas denuncias por parte de un vecino del pueblo, conocido por todos cuya salud mental esta en entredicho, y que llegó a denunciar mi local por exceso de volumen un fin de semana que estaba cerrado por vacaciones. Todo esto junto a una regulación de los horarios más estricta y que la dueña del local ya había reconocido que iba a venderlo para construir apartamentos, creí oportuno cambiar de local para estar mas tranquilo. Entonces abrí el Ferguson, pero era demasiado pequeño y las facturaciones no hacían viable pagar un alquiler tan elevado y decidí un ultimo intento en La Hora Bruja. Pero por exceso de trabajo decidí dejar la hostelería ya que ademas ya trabajaba de comercial en una empresa y daba clases de snowboard en las pistas; no llegaba a todo.

Al cerrar el Ferguson, amigos de Sabiñánigo me comentaron que intentaste abrir un bar similar en Zaragoza, ¿qué paso?

Así fue, pero fue antes de abrir el Ferguson. Fue mientras regentaba el Nicholson cuando surgió poder abrir un local en Zaragoza con un buen amigo de socio, pero ese local tenia demasiadas deudas y decidimos abandonar el proyecto.

¿Crees que esos locales que llevaste en Sabiñánigo pudieron educar a una generación de jóvenes?

Hombre, tanto como decir que llegaron a educar a una generación me parece algo presuntuoso. Me quedo con que aún hoy en día cuando subo a Sabi mucha gente me agradece lo bien que se lo pasaron esos años y por poder escuchar bandas nuevas. El bar abrió en 1993, una época marcada musicalmente por el brit-pop y bandas como Suede ó Placebo que sonaban a todas horas en el bar. Fue un bombazo pinchar Prodigy, Chemical Brothers, Fat Boy Slim, Rinoçerose, Orbital, Garnier, 808 State y un largo etcétera de música electrónica y que convivieran en una misma noche junto a mis imprescindibles Happy Mondays, Pixies, RHCP, RATM, Primus, Senser, Primal Scream y clásicos de funk y disco. La formula era en este caso novedosa, sobre todo en una época sin acceso a Internet y que salvo Radio3 era muy difícil descubrir música. Yo nunca tomé como ejemplo ni la música ni la forma de trabajar del resto de bares.

A comienzos de 2000 organizaste el NEOS Festival. Me quedó la sensación de que era una excelente propuesta pero que se quedaba grande para Sabiñánigo o que se adelanto a la fiebre de los festivales de ahora. ¿Cuál es tu valoración con perspectiva?

Cartel del Neos Festival

Cartel del Neos Festival

Mi valoración final es que no funcionó a pesar de traer una programación extraordinaria (Óscar Mulero, Freestylers, Telephunken, Sexy Sadie, etc…), que me costó mucho trabajo sacar adelante en esos años y prefiero pasar pagina. Seguramente, fue avanzado para su época, pero nunca acabé de entender cómo no acudió mas gente a las ediciones. Con un poco más de apoyo por parte del público se hubiera podido repetir en el tiempo y quién sabe si ahora Sabiñánigo tendría un festival importante que generaría beneficios para toda la hostelería y negocios de la zona. Una oportunidad perdida.

¿Cuándo comenzaste a tomarte en serio tu faceta de DJ?

Ser DJ es algo que ni remotamente me había planteado. Yo ponía música en el Nicholson, pero ni de lejos me consideraba tal, porque yo ofrecía música de todos los estilos que me gustaban: desde Red Hot Chili Peppers y Rage Against The Machine y Primus hasta Orbital, Fat Boy Slim ó Chemical Brothers pasando por grandes bandas como Oasis, Stone Roses, James ó Blur y toda esa escena efervescente en los 90 como Sonic Youth, Nirvana, Eels, Radiohead y hasta con Metallica ó Rammstein. No creo que hubiera banda ó estilo que no sonara en mi local siempre atendiendo a unos criterios de calidad. Surgió la oportunidad de pinchar invitado en el Apotheke cuando estaba recién abierto y fue un éxito. Resulta que disfruté mucho y me llamaron para pinchar otros días y ademas me pagaban… ¡Quería ser DJ!

¿Cómo dirías que ha sido tu evolución?

No se si puedo hablar de evolución como DJ, ya que en cada época surgen nuevas músicas y como selector he ofrecido las novedades que me interesaban: desde breakbeat hasta minimal. Decidí hace mas de diez años apostar por las nuevas tecnologías para pinchar siendo de los primeros usuarios del Final Scratch, hasta el actual Serato. Comprar música online era mas asequible y gracias a la extinta tienda de Kompakt Mp3 y portales como Bleep ó Juno, mi colección aumentaba con buenas novedades y sentía la necesidad de ofrecerlas y eso hace adaptar las sesiones a nuevas propuestas.

Eres un gran defensor de la música disco, en casi todas sus variantes, ¿por qué crees que sigue funcionando tan bien en la pista de baile?

La musica disco, junto a estilos afines como el italo, el electro, el funk, los breaks o derivados han sido siempre la base de mis sesiones. Desde el primer día en mi maleta de discos estaba presentes Lipps Inc, Donna Summer ó Creative Source. Viene conmigo desde que como guitarrista me interesaba por los discos de Donal Fagen, Maceo Parker, Stevie Wonder, Prince o Sly and the Family Stone, por que eran las referencias de mis adorados Living Colour (que creo que es el mejor grupo en directo de la historia). Ese funk derivaba en estilos mas bailables cuyos samples eran revisitados por sellos como Finger Lickin ó Jalapeno Records que constituían gran parte de mi maleta.

Siempre he pinchado música disco y creo que siempre será así. El desparpajo de sus producciones, la habilidad de mezclar elementos electrónicos con instrumentistas reales aderezado con grandes voces hacen que sea la música ideal para disfrutar en la pista de baile junto a un buen soundsystem.

Hablando de música disco, ¿qué te parece el nuevo resurgir de ciertos sonidos de este estilo?

Cada poco tiempo resurgen artistas que se acercan a la música disco con resultados dispares. Unos simplemente rescatan loops y sonidos de artistas de los 70 y en otros casos parten de cero e intentan hacer algo que funcione. Me parece muy desafortunado el intento de Daft Punk de convertirse en los abanderados de esta música, por que ni contar con grandes músicos ha servido para conseguir algo que sea mas allá de un éxito comercial a base de una promoción brutal. Musicalmente me parece mediocre y lo mismo pienso de la onda nu-disco. Por ejemplo, en Lindström ó Prins Thomas veo que intentan una evolución, pero a base de repetir loops y con muy pocos elementos orgánicos y aunque han hecho algunas buenas canciones que yo he mismo pinchado, he visto aberraciones cromáticas que un músico de verdad jamas incluiría en su música. Si te metes en los charts de nu-disco en Beatport todo suena igual, así que no me interesa mucho ese movimiento, aunque haya algunas cosas que se salvan. En casi todos los caso me quedo con la versión original antes que con los remixes de estos artistas.

En redes sociales has mostrado tu rechazo a según que tipo de DJs. ¿Cuáles crees tú que son los principales problemas que sufre esta escena? 

Mc Perez

Mc Perez

Sinceramente, no creo haberme quejado nunca de la calidad de los DJs en términos técnicos, en primer lugar por que yo mismo tampoco me considero un superclase mezclando. Creo que soy correcto técnicamente. Existen DJs que son mejores que yo pero también los hay peores. Quiero aclarar que esto lo digo desde un punto de vista de verlos pinchando con platos o CDs, por que detrás de una controladora y escudados en una amalgama de efectos y sync, con sesiones pregrabadas, solo queda clasificar su selección musical y en demasiados casos me parece muy mediocre, sobre todo en salas pequeñas y en DJs de clase media como yo.

En estos momentos, en el que poder adquirir buena música de calidad es tan fácil, me resulta muy complicado asimilar que tantos DJs ofrezcan la misma música; no lo entiendo. Por eso hace poco tomé la decisión de no volver a pinchar nunca con el Serato. Creo que hoy en día pinchar con vinilos es de los pocos modos en los que un DJ puede aportar un valor extra a su trabajo y legitimarse. Además. estoy harto de ver gente que resuelve la noche gracias al sync y a descargas ilegales. Yo conservo todas las facturas de Beatport, Kompakt, Juno y Bleep de música descargada legalmente  porque creo que es lo justo y los productores merecen cobrar por sus trabajos.

¿Te está costando volver y adaptarte al vinilo?

Ha sido fácil, ya que tenia una buena colección que nunca vendí de los artistas que mas me gustan y solo tenia que volver a meterlos en una maleta. Ese simple hecho me da ganas, más que nunca, de pinchar cada día más.  En estos últimos diez años que he pinchado con sistemas digitales solamente en una ocasión tuve que usar el sync, porque los platos estaban rotos. En el resto de mis actuaciones he sido yo quien mezclaba a la antigua usanza, a base de pitch y empujar los discos, estilo old school. Además, no soy nada amigo de efectos ni loops, así que seguir en digital ya dejaba de tener sentido para mí, ya que ofrecer al publico el sonido del vinilo creo que es un valor añadido a mi trabajo, y desde luego, superior al digital.

Si te dan a elegir, ¿prefieres técnica o buen criterio a la hora de escoger temas?

Buen criterio, siempre, sobre todo a la hora de desarrollar la sesión. Es importante que escojan  bien los cortes y que tengan algo de gusto ecualizando. Veo a DJs de funk, soul y disco, que aún teniendo muy buena técnica, lo normal es que algún corte se les vaya sobre todo si pinchan con vinilos. Hay que entender que son músicas muy difíciles de encajar y tocadas por músicos reales, donde una mezcla larga es casi imposible. Es entonces cuando más aprecias la calidad de la selección musical, el trato del sonido y ver a un profesional en la cabina. En este caso, no me importan nunca los fallos, pero no los concibo con sistemas digitales.

De la música actual, más moderna digamos, ¿con qué te quedas?

Me quedo con producciones de bandas com Syrup y Sharon Jones y me fascinan los trabajos de Janelle Monáe. Si hablamos de electrónica, lo tengo claro: además de Dj Shadow, del que soy muy fan, me gusta escuchar las producciones de Cora Novoa, Helena Gallardo y Damian Schwartz y ver pinchar a Chelis ó Lusoul. Pero para mi la referencia mas clara es Dj.Koze; me fascina como trata el sonido, su estilo pinchando basado en técnicas hip-hop con música electrónica y sus podcast… ¡Koze is God!. Como DJ internacional me quedo con Laurent Garnier y me divierte mucho ver a The Glimmers, por su modo tan particular de mezclar tantas músicas diferentes.  Aunque mis sesiones se basen en música disco sigo comprando electrónica e intento seguir a artistas de esa onda.

Mi decepción es que el nivel de la música pop esta peor que nunca y el llamado electro-pop me parece todo tan clónico y predecible que no le puedo prestar atención, aunque haya bandas como Explosions in the Sky ó Edredón que merece la pena escuchar.

Ahora que está tan de moda acudir a festivales de música, ¿acudirías a alguno de estos que son tan clónicos para ofrecer una de tus sesiones?

Por supuesto, ya he ido a algunos festivales como DJ, como publico al FIB (en siete ocasiones), Sonar, Primavera, Electrosplash (también como dj.). Si algo caracteriza a un festival que programa bien es que tiene diferentes espacios en los que ofrecer diferentes sesiones para que la gente pueda elegir según sus gustos oestado de ánimo. Si mi propuesta como DJ les encaja, yo iré encantado. Pero es muy difícil en mi caso, ya que no tengo una agencia que me consiga actuaciones y en los festivales normalmente se cuenta con ellas para la contratación. Debería buscarme un mánager…

Yo mismo en ocasiones suelo poner música en bares y noto que es la propia gente y los dueños de los locales los que no te dejan ir más allá. No responden bien a cosas nuevas.  Precisamente en una época en la que hay tanta oferta, ¿por qué crees que se ha estandarizado tanto la música?

Acabas de dar en el clavo. Existen muchas propuestas sonoras que ofrecer, pero en los bares y salas pequeñas se arriesga muy poco, porque necesitan hacer caja. La triste realidad es que la mayoría de la gente quiere escuchar a los Bisbal, Shakira y bazofias similares, porque desde el principio es lo que ofrecen. Si tienen una clientela que busca eso cada vez que va al local y de repente hay un DJ que pone algo diferente, va a ser un fracaso en el mayor de los casos. Le ha pasado hasta a Dj Shadow, que lo sacaron de una cabina por no poner house comercial. Entonces es un problema de que tienen un plan de negocio (si lo tienen) de ganar dinero fácilmente y con inmediatez, así que el riesgo para otros y a poner la caja en marcha desde el minuto uno. Hay mucho “barero” en los negocios de hostelería y muy poco empresario que consiga ser un generador de demanda y apostar por propuestas originales y de calidad, porque eso no es un premio instantáneo, es una carrera de fondo y hay que tener paciencia como en toda empresa bien llevada.

Cuando me refería a lo de los locales que no arriesgan iba más allá de la pachanga. De hecho, me refería a los que supuestamente son por y para modernos. Porque en el fondo tampoco puedes arriesgar mucho más. ¿Lo ves igual?

Pues sinceramente creo que los bares para “modernos» también pinchan exactamente los mismos hits de los 90, que en su día tenia sentido, pero hoy en día esas canciones componen el grueso del repertorio de esos bares junto a los hits “indies” actuales. Creo que en ambos casos estamos dentro de entornos si no pachangueros, si muy comerciales, con lo que creo que no hay un riesgo excesivo en esa propuesta. Suelen ser locales que se van degradando en medida de que su clientela se hace mayor y deja de salir, porque una noche tras otra es exactamente lo mismo incluso, aunque haya DJs diferentes. Ocurre lo mismo en salas de house comercial o EDM, es lo mismo noche tras noche.

Supongo que como contraposición a todo esto decidiste crear Superdisco…

Cartel del promoción de Superdisco

Cartel del promoción de Superdisco

Superdisco es mi apuesta personal para ofrecer una sesión mensual en Madrid dedicada a la música disco sin caer en los típicos hits. Han pasado ya grandes selectores como Chelis, Lusoul, Andrew Oddio, Funkforward, Javi Frias, Dj.Howard y Ladyfunk, entre otros, y queremos continuar la propuesta en El Café La Palma. Ahora estamos buscando mas salas y ciudades donde hacerla. Poco a poco.

Te veo siempre muy interesado en las nuevas tecnologías e incluso creaste su propia aplicación móvil. ¿Te está funcionando?

Mi app tuvo buena acogida recién lanzada y creo que es una buena idea, pero la realidad es que llevo unos meses de mucho trabajo y la tengo algo parada. En breve, creo que podré dedicarle algo mas de tiempo, al igual que a retomar la producción. Y sí, me interesan las nuevas tecnologías, ya que trabajo en una empresa que las comercializa, pero no mucho en el ámbito DJ, ya que pienso pinchar con vinilos de aquí en adelante y me apetece volver a dejarme las yemas de los dedos el las cubetas de discos de las tiendas.

Además de ser DJ también has tenido tus grupos. ¿Tu formación influye mucho a la hora de valorar ciertos temas?

Desde adolescente tocaba la guitarra eléctrica y al ir a estudiar Sonido en Madrid también fui a la Factoría, donde tuve como profesores a Salvador Dominguez y Kelly. Así que ya volví con un buen nivel, que fui mejorando con la ayuda de libros, vídeos y muchas horas de práctica hasta llegar a tocar entero “The Wall” de Pink Floyd ó canciones de guitar-heros como Satriani, en Sabiñánigo. Creamos The Canfraners, que éramos un grupo de pop con influencias funk y Manchester. También tocaba en algún grupo de versiones hasta que llegue al grupo Manacor, que siempre ha sido un grupo de versiones que ha sonado muy bien y muy profesional.

Más adelante compaginaba mis remixes en los que incluía mis guitarras y bajos para diferentes artistas con otras colaboraciones. Estuve con Pecker lanzando bases en directo con los platos, scratchs y tocando la guitarra y bajo en dos giras diferentes, que nos llevaron a tocar por toda España junto a los Aterciopelados y a tocar en Nueva York en el LAMC. Fue una muy buena época, que no pude continuar porque el trabajo me hacia incompatible poder acompañar a Raúl en todas sus actuaciones.

Mi formación me sirve sobre todo para huir de los virtuosos. Un buen músico no tiene que demostrar a base de fraseos interminables. Agradezco más una buena inversión de acordes, sensibilidad y un buen sonido de su instrumento que un sólo cercano a lo circense. En la música menos es mas y cuando una canción tiene dinámica es cuando puedes apreciar los detalles, la reverb de las cajas, el sonido de la lengüeta de un saxo, el diente de sierra de un sinte, etc… En el momento que se dejan de apreciar detalles, como audiófilo y músico, me deja de interesar, aunque luego funcione en la pista de baile, que eso es otro cantar, porque tampoco hay tantas salas que suenen realmente bien.

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Una respuesta en “Entrevista a Mc Pérez. «Pinchar con vinilos es de los pocos modos en los que un DJ puede legitimarse»

  1. MaXcoRp dijo:

    Grande MC Perez! Un figura en todos los sentidos…

    Me ha llegado al corazón esta parte de la entrevista:

    Fue un bombazo pinchar Prodigy, Chemical Brothers, Fat Boy Slim, Rinoçerose, Orbital, Garnier, 808 State y un largo etcétera de música electrónica…

    Flow y respeto, si señor… YO!

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