Entrevista a Mc Pérez. «Pinchar con vinilos es de los pocos modos en los que un DJ puede legitimarse»

Eran tiempos en los que los hermanísimos Gallagher ocupaban los periódicos por sus sonadas disputas y su afición a todo lo que no le gusta a ninguna madre, la electrónica había chocado de lleno con el rock y Prodigy y los Chemical Brothers eran lo más de lo más y mi padre estaba muy indignado y, bueno, el PP comenzaba su primer reinado en España para disgusto de mi abuelo, pero eso es otra historia. Era 1996 y lo más importante del asunto es que yo tenía unos 16 años y estaba en plena efervescencia. Todo era nuevo y excitante y la música ya se situó como una de las pasiones de  mi vida. Pero para un chaval que se cría en el Pirineo oscense no es fácil encontrar un garito nocturno en el que mover la cabeza (las caderas, sin drogas, no las mueven los caucásicos, eso está científicamente demostrado) sus temas preferidos si no le gustaban los 40, la pachanga o el bakalao. Heme yo en esa tesitura hasta que un día cualquiera que no recuerdo conocí uno de los bares que me marcarían para siempre. Se llamaba Nicholson y estaba en Sabiñánigo, al lado de mi instituto. Escuchar, así de golpe, Suede, Rage Against The Machine, U2, Primal Scream o Rammstein en un mismo bar fue un orgásmico shock para mí.

El caso es que el local estaba regentado por Miguel Corral, un serrablés que más tarde, tras cogerle el gustillo a eso de cambiar discos, pasaría a llamarse Mc Pérez y se crearía un importante nombre recorriéndose algunas de las salas especializadas más importantes del país.

En Aragón ha pinchado en la Reset, Morrissey, Superfly, Florida135, El Cubo, El Cairo, Central, Pulp, Sala Oasis, Brit, FLOW Microclub, etc… a la vez de festivales como Periferias, Bleep o Neos Festival. Posteriormente se trasladó a Madrid buscando, como REM, «nuevas aventuras en alta fidelidad», pinchando en salas como Le Garage, Low Club, Siroco, Café la Palma y en gran parte de la comunidad valenciana como Uno Caffe, Yah-Yah, Mill Club, Látex, The End, Samana, Groovy, Stereo , Metro Dance Club, Picadilly, etc… Sin olvidar festivales como el Electrosplash, BM06, Moncofa Festival, Beach o el Sun & Electronics…

Como figura que significó mucho en mi pasión melómana, tenía una entrevista pendiente con él. Y aquí está, en la que hablamos de sus comienzos como hostelero en un pueblo tan complicado como Sabiñánigo, de los DJs actuales, de la música disco y del nuevo proyecto en el que se han embarcado, Superdisco (en Madrid).

El Nicholson fue el primer bar en el que descubrí buena música y me abrió los oídos, incluso me reconcilié con la electrónica, hasta entonces vetada. ¿Cómo recuerdas esa época? 

Abrir el Nicholson obedecía a dos necesidades. La primera es que si algo ha definido mi vida es la música y tras estudiar en Madrid sonido y guitarra ya empezaba a recopilar buenos discos de todo estilo: desde Kraftwerk hasta Van Halen. Mis amigos no entendían muy bien que me gustara por igual la música electrónica y el rock. Salir de copas en Sabi me resultaba incomodo por que estar con mis amigos era estupendo, pero la música en los bares, excepto quizás el Narvik en su mejor época o La Luna Park, que se dedicaba al rock, lo demás era muy comercial y sentí la necesidad de ofrecer una alternativa de ocio en mi pueblo, en la que ademas de buenas copas y cervezas de importación el publico se pudiera pasar la noche disfrutando de buenas canciones sin importar estilos. Ademas, entonces trabajaba en la radio y eso hacia mas fácil mi acceso a novedades.

Mc Perez

Mc Perez

La segunda razón, como no, era poder emprender mi negocio. Abrí el Nicholson con la ayuda de mi familia. Los principios fueron duros porque el publico no entendía que en vez de Juan Luis Guerra sonaran Oasis, Blur, Beck… etc, pero poco a poco la propuesta encajaba. La competencia llamaba al bar “el garito de los modernos”. Ofrecía conciertos de bandas de blues y rock traía DJs de Huesca o Jaca para ofrecer fiestas temáticas dedicadas a la música siniestra, al EBM o la Flower Power. El Nicholson era el lugar al que acudía gente del valle, de la provincia y de Zaragoza. Incluso turistas vascos que venían a esquiar pasaban la noche arropados de un buen ambiente, la mejor música disponible y copas bien servidas a precios lógicos. Fue un éxito al que contribuyeron unos grandes compañeros trabajando conmigo en la barra y un equipo de sonido excepcional. También ofrecía exposiciones de fotógrafos y artistas.

Por desgracia, surgieron problemas con el volumen del local, continuas denuncias por parte de un vecino del pueblo, conocido por todos cuya salud mental esta en entredicho, y que llegó a denunciar mi local por exceso de volumen un fin de semana que estaba cerrado por vacaciones. Todo esto junto a una regulación de los horarios más estricta y que la dueña del local ya había reconocido que iba a venderlo para construir apartamentos, creí oportuno cambiar de local para estar mas tranquilo. Entonces abrí el Ferguson, pero era demasiado pequeño y las facturaciones no hacían viable pagar un alquiler tan elevado y decidí un ultimo intento en La Hora Bruja. Pero por exceso de trabajo decidí dejar la hostelería ya que ademas ya trabajaba de comercial en una empresa y daba clases de snowboard en las pistas; no llegaba a todo.

Al cerrar el Ferguson, amigos de Sabiñánigo me comentaron que intentaste abrir un bar similar en Zaragoza, ¿qué paso?

Así fue, pero fue antes de abrir el Ferguson. Fue mientras regentaba el Nicholson cuando surgió poder abrir un local en Zaragoza con un buen amigo de socio, pero ese local tenia demasiadas deudas y decidimos abandonar el proyecto.

¿Crees que esos locales que llevaste en Sabiñánigo pudieron educar a una generación de jóvenes?

Hombre, tanto como decir que llegaron a educar a una generación me parece algo presuntuoso. Me quedo con que aún hoy en día cuando subo a Sabi mucha gente me agradece lo bien que se lo pasaron esos años y por poder escuchar bandas nuevas. El bar abrió en 1993, una época marcada musicalmente por el brit-pop y bandas como Suede ó Placebo que sonaban a todas horas en el bar. Fue un bombazo pinchar Prodigy, Chemical Brothers, Fat Boy Slim, Rinoçerose, Orbital, Garnier, 808 State y un largo etcétera de música electrónica y que convivieran en una misma noche junto a mis imprescindibles Happy Mondays, Pixies, RHCP, RATM, Primus, Senser, Primal Scream y clásicos de funk y disco. La formula era en este caso novedosa, sobre todo en una época sin acceso a Internet y que salvo Radio3 era muy difícil descubrir música. Yo nunca tomé como ejemplo ni la música ni la forma de trabajar del resto de bares.

A comienzos de 2000 organizaste el NEOS Festival. Me quedó la sensación de que era una excelente propuesta pero que se quedaba grande para Sabiñánigo o que se adelanto a la fiebre de los festivales de ahora. ¿Cuál es tu valoración con perspectiva?

Cartel del Neos Festival

Cartel del Neos Festival

Mi valoración final es que no funcionó a pesar de traer una programación extraordinaria (Óscar Mulero, Freestylers, Telephunken, Sexy Sadie, etc…), que me costó mucho trabajo sacar adelante en esos años y prefiero pasar pagina. Seguramente, fue avanzado para su época, pero nunca acabé de entender cómo no acudió mas gente a las ediciones. Con un poco más de apoyo por parte del público se hubiera podido repetir en el tiempo y quién sabe si ahora Sabiñánigo tendría un festival importante que generaría beneficios para toda la hostelería y negocios de la zona. Una oportunidad perdida.

¿Cuándo comenzaste a tomarte en serio tu faceta de DJ?

Ser DJ es algo que ni remotamente me había planteado. Yo ponía música en el Nicholson, pero ni de lejos me consideraba tal, porque yo ofrecía música de todos los estilos que me gustaban: desde Red Hot Chili Peppers y Rage Against The Machine y Primus hasta Orbital, Fat Boy Slim ó Chemical Brothers pasando por grandes bandas como Oasis, Stone Roses, James ó Blur y toda esa escena efervescente en los 90 como Sonic Youth, Nirvana, Eels, Radiohead y hasta con Metallica ó Rammstein. No creo que hubiera banda ó estilo que no sonara en mi local siempre atendiendo a unos criterios de calidad. Surgió la oportunidad de pinchar invitado en el Apotheke cuando estaba recién abierto y fue un éxito. Resulta que disfruté mucho y me llamaron para pinchar otros días y ademas me pagaban… ¡Quería ser DJ!

¿Cómo dirías que ha sido tu evolución?

No se si puedo hablar de evolución como DJ, ya que en cada época surgen nuevas músicas y como selector he ofrecido las novedades que me interesaban: desde breakbeat hasta minimal. Decidí hace mas de diez años apostar por las nuevas tecnologías para pinchar siendo de los primeros usuarios del Final Scratch, hasta el actual Serato. Comprar música online era mas asequible y gracias a la extinta tienda de Kompakt Mp3 y portales como Bleep ó Juno, mi colección aumentaba con buenas novedades y sentía la necesidad de ofrecerlas y eso hace adaptar las sesiones a nuevas propuestas.

Eres un gran defensor de la música disco, en casi todas sus variantes, ¿por qué crees que sigue funcionando tan bien en la pista de baile?

La musica disco, junto a estilos afines como el italo, el electro, el funk, los breaks o derivados han sido siempre la base de mis sesiones. Desde el primer día en mi maleta de discos estaba presentes Lipps Inc, Donna Summer ó Creative Source. Viene conmigo desde que como guitarrista me interesaba por los discos de Donal Fagen, Maceo Parker, Stevie Wonder, Prince o Sly and the Family Stone, por que eran las referencias de mis adorados Living Colour (que creo que es el mejor grupo en directo de la historia). Ese funk derivaba en estilos mas bailables cuyos samples eran revisitados por sellos como Finger Lickin ó Jalapeno Records que constituían gran parte de mi maleta.

Siempre he pinchado música disco y creo que siempre será así. El desparpajo de sus producciones, la habilidad de mezclar elementos electrónicos con instrumentistas reales aderezado con grandes voces hacen que sea la música ideal para disfrutar en la pista de baile junto a un buen soundsystem.

Hablando de música disco, ¿qué te parece el nuevo resurgir de ciertos sonidos de este estilo?

Cada poco tiempo resurgen artistas que se acercan a la música disco con resultados dispares. Unos simplemente rescatan loops y sonidos de artistas de los 70 y en otros casos parten de cero e intentan hacer algo que funcione. Me parece muy desafortunado el intento de Daft Punk de convertirse en los abanderados de esta música, por que ni contar con grandes músicos ha servido para conseguir algo que sea mas allá de un éxito comercial a base de una promoción brutal. Musicalmente me parece mediocre y lo mismo pienso de la onda nu-disco. Por ejemplo, en Lindström ó Prins Thomas veo que intentan una evolución, pero a base de repetir loops y con muy pocos elementos orgánicos y aunque han hecho algunas buenas canciones que yo he mismo pinchado, he visto aberraciones cromáticas que un músico de verdad jamas incluiría en su música. Si te metes en los charts de nu-disco en Beatport todo suena igual, así que no me interesa mucho ese movimiento, aunque haya algunas cosas que se salvan. En casi todos los caso me quedo con la versión original antes que con los remixes de estos artistas.

En redes sociales has mostrado tu rechazo a según que tipo de DJs. ¿Cuáles crees tú que son los principales problemas que sufre esta escena? 

Mc Perez

Mc Perez

Sinceramente, no creo haberme quejado nunca de la calidad de los DJs en términos técnicos, en primer lugar por que yo mismo tampoco me considero un superclase mezclando. Creo que soy correcto técnicamente. Existen DJs que son mejores que yo pero también los hay peores. Quiero aclarar que esto lo digo desde un punto de vista de verlos pinchando con platos o CDs, por que detrás de una controladora y escudados en una amalgama de efectos y sync, con sesiones pregrabadas, solo queda clasificar su selección musical y en demasiados casos me parece muy mediocre, sobre todo en salas pequeñas y en DJs de clase media como yo.

En estos momentos, en el que poder adquirir buena música de calidad es tan fácil, me resulta muy complicado asimilar que tantos DJs ofrezcan la misma música; no lo entiendo. Por eso hace poco tomé la decisión de no volver a pinchar nunca con el Serato. Creo que hoy en día pinchar con vinilos es de los pocos modos en los que un DJ puede aportar un valor extra a su trabajo y legitimarse. Además. estoy harto de ver gente que resuelve la noche gracias al sync y a descargas ilegales. Yo conservo todas las facturas de Beatport, Kompakt, Juno y Bleep de música descargada legalmente  porque creo que es lo justo y los productores merecen cobrar por sus trabajos.

¿Te está costando volver y adaptarte al vinilo?

Ha sido fácil, ya que tenia una buena colección que nunca vendí de los artistas que mas me gustan y solo tenia que volver a meterlos en una maleta. Ese simple hecho me da ganas, más que nunca, de pinchar cada día más.  En estos últimos diez años que he pinchado con sistemas digitales solamente en una ocasión tuve que usar el sync, porque los platos estaban rotos. En el resto de mis actuaciones he sido yo quien mezclaba a la antigua usanza, a base de pitch y empujar los discos, estilo old school. Además, no soy nada amigo de efectos ni loops, así que seguir en digital ya dejaba de tener sentido para mí, ya que ofrecer al publico el sonido del vinilo creo que es un valor añadido a mi trabajo, y desde luego, superior al digital.

Si te dan a elegir, ¿prefieres técnica o buen criterio a la hora de escoger temas?

Buen criterio, siempre, sobre todo a la hora de desarrollar la sesión. Es importante que escojan  bien los cortes y que tengan algo de gusto ecualizando. Veo a DJs de funk, soul y disco, que aún teniendo muy buena técnica, lo normal es que algún corte se les vaya sobre todo si pinchan con vinilos. Hay que entender que son músicas muy difíciles de encajar y tocadas por músicos reales, donde una mezcla larga es casi imposible. Es entonces cuando más aprecias la calidad de la selección musical, el trato del sonido y ver a un profesional en la cabina. En este caso, no me importan nunca los fallos, pero no los concibo con sistemas digitales.

De la música actual, más moderna digamos, ¿con qué te quedas?

Me quedo con producciones de bandas com Syrup y Sharon Jones y me fascinan los trabajos de Janelle Monáe. Si hablamos de electrónica, lo tengo claro: además de Dj Shadow, del que soy muy fan, me gusta escuchar las producciones de Cora Novoa, Helena Gallardo y Damian Schwartz y ver pinchar a Chelis ó Lusoul. Pero para mi la referencia mas clara es Dj.Koze; me fascina como trata el sonido, su estilo pinchando basado en técnicas hip-hop con música electrónica y sus podcast… ¡Koze is God!. Como DJ internacional me quedo con Laurent Garnier y me divierte mucho ver a The Glimmers, por su modo tan particular de mezclar tantas músicas diferentes.  Aunque mis sesiones se basen en música disco sigo comprando electrónica e intento seguir a artistas de esa onda.

Mi decepción es que el nivel de la música pop esta peor que nunca y el llamado electro-pop me parece todo tan clónico y predecible que no le puedo prestar atención, aunque haya bandas como Explosions in the Sky ó Edredón que merece la pena escuchar.

Ahora que está tan de moda acudir a festivales de música, ¿acudirías a alguno de estos que son tan clónicos para ofrecer una de tus sesiones?

Por supuesto, ya he ido a algunos festivales como DJ, como publico al FIB (en siete ocasiones), Sonar, Primavera, Electrosplash (también como dj.). Si algo caracteriza a un festival que programa bien es que tiene diferentes espacios en los que ofrecer diferentes sesiones para que la gente pueda elegir según sus gustos oestado de ánimo. Si mi propuesta como DJ les encaja, yo iré encantado. Pero es muy difícil en mi caso, ya que no tengo una agencia que me consiga actuaciones y en los festivales normalmente se cuenta con ellas para la contratación. Debería buscarme un mánager…

Yo mismo en ocasiones suelo poner música en bares y noto que es la propia gente y los dueños de los locales los que no te dejan ir más allá. No responden bien a cosas nuevas.  Precisamente en una época en la que hay tanta oferta, ¿por qué crees que se ha estandarizado tanto la música?

Acabas de dar en el clavo. Existen muchas propuestas sonoras que ofrecer, pero en los bares y salas pequeñas se arriesga muy poco, porque necesitan hacer caja. La triste realidad es que la mayoría de la gente quiere escuchar a los Bisbal, Shakira y bazofias similares, porque desde el principio es lo que ofrecen. Si tienen una clientela que busca eso cada vez que va al local y de repente hay un DJ que pone algo diferente, va a ser un fracaso en el mayor de los casos. Le ha pasado hasta a Dj Shadow, que lo sacaron de una cabina por no poner house comercial. Entonces es un problema de que tienen un plan de negocio (si lo tienen) de ganar dinero fácilmente y con inmediatez, así que el riesgo para otros y a poner la caja en marcha desde el minuto uno. Hay mucho “barero” en los negocios de hostelería y muy poco empresario que consiga ser un generador de demanda y apostar por propuestas originales y de calidad, porque eso no es un premio instantáneo, es una carrera de fondo y hay que tener paciencia como en toda empresa bien llevada.

Cuando me refería a lo de los locales que no arriesgan iba más allá de la pachanga. De hecho, me refería a los que supuestamente son por y para modernos. Porque en el fondo tampoco puedes arriesgar mucho más. ¿Lo ves igual?

Pues sinceramente creo que los bares para “modernos» también pinchan exactamente los mismos hits de los 90, que en su día tenia sentido, pero hoy en día esas canciones componen el grueso del repertorio de esos bares junto a los hits “indies” actuales. Creo que en ambos casos estamos dentro de entornos si no pachangueros, si muy comerciales, con lo que creo que no hay un riesgo excesivo en esa propuesta. Suelen ser locales que se van degradando en medida de que su clientela se hace mayor y deja de salir, porque una noche tras otra es exactamente lo mismo incluso, aunque haya DJs diferentes. Ocurre lo mismo en salas de house comercial o EDM, es lo mismo noche tras noche.

Supongo que como contraposición a todo esto decidiste crear Superdisco…

Cartel del promoción de Superdisco

Cartel del promoción de Superdisco

Superdisco es mi apuesta personal para ofrecer una sesión mensual en Madrid dedicada a la música disco sin caer en los típicos hits. Han pasado ya grandes selectores como Chelis, Lusoul, Andrew Oddio, Funkforward, Javi Frias, Dj.Howard y Ladyfunk, entre otros, y queremos continuar la propuesta en El Café La Palma. Ahora estamos buscando mas salas y ciudades donde hacerla. Poco a poco.

Te veo siempre muy interesado en las nuevas tecnologías e incluso creaste su propia aplicación móvil. ¿Te está funcionando?

Mi app tuvo buena acogida recién lanzada y creo que es una buena idea, pero la realidad es que llevo unos meses de mucho trabajo y la tengo algo parada. En breve, creo que podré dedicarle algo mas de tiempo, al igual que a retomar la producción. Y sí, me interesan las nuevas tecnologías, ya que trabajo en una empresa que las comercializa, pero no mucho en el ámbito DJ, ya que pienso pinchar con vinilos de aquí en adelante y me apetece volver a dejarme las yemas de los dedos el las cubetas de discos de las tiendas.

Además de ser DJ también has tenido tus grupos. ¿Tu formación influye mucho a la hora de valorar ciertos temas?

Desde adolescente tocaba la guitarra eléctrica y al ir a estudiar Sonido en Madrid también fui a la Factoría, donde tuve como profesores a Salvador Dominguez y Kelly. Así que ya volví con un buen nivel, que fui mejorando con la ayuda de libros, vídeos y muchas horas de práctica hasta llegar a tocar entero “The Wall” de Pink Floyd ó canciones de guitar-heros como Satriani, en Sabiñánigo. Creamos The Canfraners, que éramos un grupo de pop con influencias funk y Manchester. También tocaba en algún grupo de versiones hasta que llegue al grupo Manacor, que siempre ha sido un grupo de versiones que ha sonado muy bien y muy profesional.

Más adelante compaginaba mis remixes en los que incluía mis guitarras y bajos para diferentes artistas con otras colaboraciones. Estuve con Pecker lanzando bases en directo con los platos, scratchs y tocando la guitarra y bajo en dos giras diferentes, que nos llevaron a tocar por toda España junto a los Aterciopelados y a tocar en Nueva York en el LAMC. Fue una muy buena época, que no pude continuar porque el trabajo me hacia incompatible poder acompañar a Raúl en todas sus actuaciones.

Mi formación me sirve sobre todo para huir de los virtuosos. Un buen músico no tiene que demostrar a base de fraseos interminables. Agradezco más una buena inversión de acordes, sensibilidad y un buen sonido de su instrumento que un sólo cercano a lo circense. En la música menos es mas y cuando una canción tiene dinámica es cuando puedes apreciar los detalles, la reverb de las cajas, el sonido de la lengüeta de un saxo, el diente de sierra de un sinte, etc… En el momento que se dejan de apreciar detalles, como audiófilo y músico, me deja de interesar, aunque luego funcione en la pista de baile, que eso es otro cantar, porque tampoco hay tantas salas que suenen realmente bien.

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«Con ‘Justi&Cia’ no buscaba hacer el Padrino IV, sino una película para entretener al espectador». Ignacio Estaregui

“Tú lo has pensado, él lo ha hecho”. Este es el magnífico eslogan para promocionar la película de Ignacio Estaregui. “Justi&Cia” es una road movie en la que Justino (Hovik Keuchkerian), un trabajador despedido por su empresa, se lanza a la carretera para ajustar cuentas con los que han despilfarrado el dinero público. A la aventura se le sumará Ramón (el tristemente fallecido Álex Angulo), un jubilado con poco que perder. Sin embargo, este lema promocional se puede aplicar también al joven realizador aragonés: hace año y medió se quedó sin su trabajo como realizador y se jugó todo a esta película, que se estrena esta semana.

Ignacio Estaregui

Ignacio Estaregui

Yo llevaba seis años, pero había compañeros de hasta 30 años… Y mira, de un día para otro a la puta calle. Por mucho que te lo puedas imaginar, cuando llega el día no te lo llegas a creer de verdad. Nos echaron a ocho trabajadores de golpe, de doce que estábamos. Llevábamos dos años muy mal, con retrasos de pago por una mala gestión. En tiempo de bonanza, la empresa fue bastante bien, pero no supo adaptarse. No diversificaron ni crearon proyectos fuertes o novedosos. Estaba de realizador, guionista, productor… de todo. Lo bueno es que he aprendido mucho y he sido autodidacta. Aunque ahora creo que es lo mejor que me ha podido pasar y me puedo dedicar a mi auténtica pasión: el cine.  Aunque debo reconocer que en su momento fue duro. Tenía un sueldo y estaba acostumbrado a un ritmo de vida. Estaba ocupado, veía películas, el fin de semana descansaba…. De repente, sin trabajo y sin respaldo económico es cuando ves la vida de otra manera. Tenía que pagar un alquiler… pues me lancé por la desesperación al vacío.

¿Tenías algún boceto del guión antes de empezar el proyecto?

No tenía nada. El 1 de mayo de 2013 me echaron y he levantado todo desde entonces. Una noche estaba tirado en el sofá de casa, tomando conciencia, viendo como estaba el sistema y cómo estaba mi vida, y tuve la idea. Generé los personajes la historia, pero necesitaba a alguien más porque tenía que preproducir y preparar al equipo. En un curso conocí a dos guionistas y confié en ellos (Enrique León y Borja Monclús). Ha sido una relación intensa con discrepancias artísticas, pero lograron desatascar ese aspecto.

 En tiempos que es tan difícil levantar un proyecto de estas características, ¿cómo te las ha apañado para producir y buscar capital?

 Yo produzco junto mi novia. He capitalizado el paro para comprar el material y contaba con el dinero que gané en un concurso de televisión. Aunque, por supuesto, contamos con coproductores. Pienso que la película tiene una capacidad comercial. Si funciona creemos que esa gente puede recuperar la inversión.

 ¿Y qué tal has llevado la tarea de ser director y productor al mismo tiempo? Existen realizadores que se niegan a realizar ambas tareas porque las ven contradictorias.

Cartel promocional de "Justi&Cia"

Cartel promocional de «Justi&Cia»

De maravilla porque he mandado yo y era consciente de hasta donde podíamos llegar. La libertad y autonomía que he tenido es lo que me ha hecho trabajar a gusto. He estado con el equipo de siempre y me siento cómodo. Sé que me estoy jugando todo a una carta y tengo todo el control. El hecho de esta dualidad es una gozada.

No escondes que es un film de género, con unas intenciones comerciales muy claras, es de agradecer. ¿Por qué has decidido plantearlo así?

Es una película hecho por y para el público. Es una cosa que tenía muy clara. No iba a hacer el Padrino IV, sino una película para entretener al espectador. En España desde hace 30 años vivimos en un circulo de subvenciones que no nos pueden atar. El cine es cultura, sí, pero necesitamos una industria. Estamos metidos en un pozo sin fondo . Lo que tenemos que hacer es darle al espectador lo que quieres y solo después vendrá el arte y la cultura. Hay que pensar en entretener. Sin cuatro ‘blockbuster’ no se puede hacer otro tipo de cine de arte y ensayo. En EEUU sí que hay subvenciones pero están asociados el ministerio de industria. Si alguna vez sale la ley del mecenazgo sería casi lo ideal. Porque estas subvenciones que se hagan películas que llegaban amortizadas a las salas y no han interesado estrenarlas. Sólo se pensaban en sus bolsillos. El negocio era ese: no llevar a la gente a las salas.

¿Cómo has querido enfocar el tono del film?

Son dos tíos en una furgoneta recorriendo el país y, como en la vida, les pasa de todo: humor, aventura, drama… Los personajes que salen supera a la ficción. Son el ejemplo de la carroña entre la que vivimos. Resulta que acaba siendo humor negro, pero es real. ¡Existe un tipo es España que ha demostrado ante el juez que le ha tocado siete veces la lotería! ¿Qué clase de cinismo es ese? Queremos crear ese antihéroe con el que la gente se identifique. Como dice el eslogan: “Tu lo has pensado otros lo han hecho”.

Pensaba que el eslogan también iba por tu historia propia…

También es un poco por mí. Uno de los pilares de la escritura de guiones es el viaje del héroe. Yo también lo estoy viviendo. Uno que se lo juega todo a uno y no sabe qué va a pasar. Otro tema de la película es la cobardía, que creo que mi subconsciente también ha querido retratar.

¿Y qué esperas despertar en la conciencia del espectador con este planteamiento?

Imagen del rodaje de "Justi&Cia"

Imagen del rodaje de «Justi&Cia»

Creo que lo que va a a propiciar es que la gente fantasee. De hecho, creo que no pretendo ser moralista, ni panfletario, ni político. El personaje realiza los actos por motivos suyos. No creo que sea la ideal. Queremos dar el personaje una gran variedad de matices para que la gente se plantee si realmente es el bueno de la película. Lo que está claro es que no es es malo. Depende del grado que tenga el espectador.

Eres consciente que si no dibujas unos límites se puede malinterpretar y te pueden caer muchas críticas… 

Van a venir hostias por todos los lados, aunque creo que por la temática no. El que se dé por aludido tiene un problema del copón. Es gentuza que nos han robado a todos y en la película se les da un escarmiento. De hecho, es ficción, es una película y no tengo ningún tipo de remordimiento. No tengo a nadie encima así que estoy muy tranquilo. No nos estamos guiando por un patrón políticamente correcto, pero tampoco estamos rodando la irreverencia del siglo. El espectador será el que juzgue. A mi es algo que me ha salido de las tripas. Igual salen a la calle a reventar cabezas, no lo sé, ojalá.

Decías antes que has contado con tu equipo tradicional, ¿cómo conseguiste convencerles?

Fue muy fácil involucrarlos. Muchos estaban en paro y yo les pagué. Además, es mi equipo. Por ejemplo, mi director de fotografía siempre ha sido Beltrán García. ¿Cómo voy a permitir que viniera alguien de fuera? Todo el mundo ha cobrado y ha estado afiliado en la Seguridad Social. Me he financiado yo, como ya he explicado antes, casi todo privado. De hecho, a las instituciones públicas sólo les he pedido los permisos de espacio.

¿Y no valoraste nuevos medio de financiación como el Crowfounding?

No creo en este sistema. Tengo la extraña sensación de que el sistema sabe darle la vuelta a todo para que nos parezca genial y en realidad es una puta mierda. Es decir: ¿Emprendedores? Mentira, supervivientes. ¿La crisis trae oportunidades? Falso, el hambre agudiza el ingenio. Este sistema desprestigia los proyectos. Tiene que ser de otra manera, pero yo no la conozco aún. Es mas fácil que convencer a una persona para que ponga 3.000 euros que a 3.000 personas para que pongan un euro cada uno.  Lo que se necesita son incentivos fiscales. Exista gente que gana mucho dinero trayendo pescado de Noruega, pues que luego lo ideal es que invirtiese en el cine. Es hacia dónde deberíamos ir. Mecenas ha habido toda la vida, desde el renacimiento. El mayor pintor de todos los tiempo no habría podido hacerlo sin sus amigos mecenas. Siempre ha estado este sistema. En España, el problema fueron las subvenciones mal adjudicadas.

Veo que no nombras al pirateo como uno de los mayores problemas.

Creo que hay un error de base que se nos oculta. Una vez más, el sistema es muy listo y nos hace creer que es gratis, no lo es. Solo si robas wifi al vecino. En el momento que estás pagando 40 pavos al mes no estás bajándote nada gratis. Si eso lo estudias a fondo, hay gente de compañías telefónicas frotándose las manos. Se está criminalizando a la clase media, gente que no puede ir al cine más de dos veces al mes. No digo que está a favor, pero no estoy en contra tal y como lo están vendiendo. Hay un anuncio de Orange de 4G que dice que úsalos para bajarte los documentos del trabajo. ¡Anda ya! Es para bajar las películas en alta calidad. Debería destinarse un porcentaje a un fondo, dependiente de cultura o industria, para que se nutriesen tanto discográficas como productoras.

Sí que estarás de acuerdo en que el retraso en ciertos estrenos no ayuda a mejorar la situación.

Ya no pasa tanto, pero aún surgen casos como con “Cabin in the woods”. Vivimos en el mundo de aquí y ahora. Tampoco puede ser tan así. Creo que como espectadores somos demasiado exigentes. A mí no me importaría esperar para verlo con buena calidad. La gente está bajando el listón, es una pena. Vamos a la ultradefinición para verlo en una pantalla de ordenador. Yo no voy a poder frenar que la gente la vea en su casa pero yo quiero estrenar en cine. Soy un romántico. Si veo mi trabajo anunciado por la calle y hay un público que paga una entrada para verlo, ya me podré morir tranquilo.

¿Tú vas mucho al cine?

Iba muchísimo, pero me instalé una pantalla en casa y compro muchos DVDs. Veo muchos extras, con los que he aprendido mucho, además.

¿Y no echas en falta el ritual de ir a un cine y sentarte delante de una gran pantalla rodeado (o no) de gente y que se apaguen las luces?

La sociedad evoluciona a otro lado. Es como cuando nuestros padres añoraban sus tiempos. Nosotros ya somos mayores y nos está pasando. Las nuevas juventudes van por otro camino.

Se está planteando que cada película tengo un precio diferente. ¿Qué te parece cómo medida?

No, no. No estoy de acuerdo. Pero nada de nada. Es un argumento muy fácil de rebatir. Una película no se mide por lo que ha costado, se mide por lo que te ofrece. Estás pagando un emoción, una sensación, una hora en tu vida, una experiencia que te mete un otro mundo. Un “Iron Man” puede ofrecerte la mitad que una mas barata. En DVD por los extras y tal, pues ya puede haber una variación.

Hablas mucho del DVD. ¿Qué has aprendido con los extras?

No he estudiado nada de cine y sólo lo aprendes de dos maneras: o viendo y leyendo a gente que sabe o haciéndolo. Los trabajos que he hecho han sido ensayo error. Y aprendiendo de ello. Esa es la mejor manera. Y creo que con los extras de una película de David Fincher se aprende más que en una semana en una academia.

Uno de los “making of” más famosos, que además se convirtió en película es “Lost in La Mancha” (sobre el frustrado intento de Terry Gilliam de llevar Don Quijote a la gran pantalla), ¿lo has visto?

Sí, aunque si lo ves ya casi no te entras ganas de hacer nada. Con las escenas que tiene que dar explicaciones a los inversores realmente pasa algo parecido: de vez en cuando dan vueltas por el rodaje…

Hablas de David Fincher, un tipo que además de haber realizado estupendas películas (“El club de la lucha”, “Seven”, “Zodiac”…) revolucionó el videoclip en los 90. ¿En este sector qué es lo que más te interesa en España?

El mejor para mí en estos momentos es Kike Maillo. Sobre todo por los trabajos que ha hecho con Manos de Topo. Sin embargo, la película que hizo, “Eva”, no me gustó del todo. Que un tipo con tanto talento le pase esto es raro. Yo creo que fue la presión: mucho dinero. Es un fenómeno y esperaba más. En España estamos lejísimos de hacer cosas buenas.

¿Por dinero?

No, por pasta y creatividad. La industria de la música está aún peor que la del cine así que no hay presupuestos para hacer las cosas bien. La gente de Canadá están muy bien, aunque no sean de mi rollo. Pero prefiero la primera etapa. Por ejemplo, el que hicieron para Justice, «New lands» no me gustó nada.

Tus vídeos veo que están cuidados e intentas darles buen empaque visual, con una evolución. Lo que he detectado es que la calle es un espacio al que siempre das mucha importancia.

"Vagabundo", de Dani Ro

«Vagabundo», de Dani Ro

No me había dado cuenta, pero puede ser. He trabajado mucho con gente del hip hop. Empecé con Dani Ro y ganamos el premio de la música de 2007, con “Vagabundo”, y ya fue una espiral. Luego me llamaron Mallacán, Jahsta… pero yo no soy rapero. También tengo que decir que el hecho de que Rapsus Klei en «Hiphpokresia» me propusiera trabajar con él me pareció un lujo.

Precisamente me parece el menos interesante, aunque puede que sea el que mejor acabado tenga.

Pues para mí es el que mejor se adapta al artista.

Me gusta mucho “El rey de la calle”, de Dani Ro. Parece una homenaje a Spielberg.

Está hecho con 100 euros. Iluminamos con los faros de la furgoneta. Dentro de una precariedad pero con mucho amor. Y lo de Spielberg supongo que es porque somos la generación de “Los Goonies”, que nos marcó muchísimo ese tipo de cine. Yo estoy un poco anclado en esa época. Yo vi “Las Tortugas Ninja” en el Palafox… Son esas cosas que las llevas dentro. Como espectador soy muy ecléctico. Cualquier cosa. Ya soy capaz de ver la técnica y la película.

¿Qué te ha marcado como realizador?

“Atrapado por su pasado”, de Brian de Palma. Creo que fue la primera película en la que vi que lo importante no es lo qué cuentas sino cómo lo cuentas.

Aunque incluso has realizado animación…

"This time we fall in love", de The Patinetttes

«This time we fall in love», de The Patinetttes

Fue con The Patinettes con «This time we fall in love» y resultó una experiencia regular. Es una lástima el acabado porque creo que la idea es brutal. Es una pieza que le pegaría mucho a alguien como Katy Perry. Es un poco el quiero y no puedo. En ese vídeo acabé poniendo pasta de mi bolsillo

¿Este tipo de proyectos iban por medio de tu productora a corrían por tu cuenta?

Por mi parte. Y los videoclips igual. Todo lo creativo ha sido por mi cuenta siempre y es como he crecido espiritualmente.

¿Te consideras una persona melómana?

Poseo una bajísima cultura musical.

¿Y por quién te has dejado aconsejar para la BSO de la película?

Luis Jiménez, que es el que siempre me ha hecho las bandas sonoras. Es un crack. Y luego soy muy amigo del Factor Humano, supongo que habrá algún tema seguro.

He notado cierto trasfondo social en tus vídeos, ¿es algo buscado?

Puede ser también por el rap, porque mi conciencia social hasta hace poco, hasta que decidí la película, era la normal, la estándar. El típico español que está harto pero no hace nada y no va a ninguna manifestación. Hubo un momento que vi la mierda que es esto. Pero en los vídeos no lo buscaba, supongo que era por la música. En mis trabajos yo siempre propongo pero la opinión final siempre es de los músicos. Un video es para toda la vida.

¿De cual de todos ellos te sientes más satisfecho?

"El Vagabundo", de Rapsus Klei

«Hiphopkresía», de Rapsus Klei

No me termina de gustar ninguno, pero el de Rapsus Klei es el que más me gusta. Mas bien, menos me desagrada.

¿Y como profesional cuál es el que más te ha aportado?

“El vagabundo”, de Dani Ro, porque ganamos un premio de la música. Cuando entré a trabajar en la productora me preguntaron por su coste y fliparon: 300 euros. Me dijo el jefe que con diez veces más no consiguen eso. Está hecho entre amigos. Todo el mundo hizo de todo y muchas horas por amor al arte. Ahora cobro y eso no es lo normal. Soy consciente de que soy un privilegiado, aunque no puedas vivir de esto. Ojalá pudiera hacer más cada mes.

¿Crees que los grupos invierten poco dinero en este tipo de promoción?

Un grupo que en teoría tiene proyección no puede quejarse de que le presupuesten alto, sabiendo que realmente va a costar ni la mitad de la mitad de lo que valdría de verdad. Entonces, ¿a qué jugamos, en qué liga estamos? Yo no hablo de la gente que está empezando. Vivimos en un mundo raro y todo el mundo puede hacer de todo y se mezcla. La mediocridad y la genialidad están mezcladas. Yo soy muy crítico. ¿Cuantos grupos de Aragón viven de esto? Hay que apuntar alto si te pones. Además, que hay poca gente a la que acudir. Yo he acabado un poco quemado porque no se puede trabajar en condiciones. Los músico no pueden entender que al igual que un disco queda mejor con un buen micrófono, un videoclip va verse mejor con una cámara más cara. Pues no lo entienden.

“No quiero ir a la disco” de El Factor Humano arranca con una gran idea. ¿No te apena haberla quemado tan pronto?

"No quiero ir a la disco", de El Factor Humano

«No quiero ir a la disco», de El Factor Humano

No sé hasta que punto me puedo plagiar. Insito, soy muy consciente de mis errores, fue muy complicado. No tuve la planificación para hacerlo más complejo.

Ahora que te lanzas al cine, ¿descartas hacer videoclips o aún no estas quemado?

Me encantaría. Estoy quemado de las maneras que lo he hecho. La película es de bajo presupuesto pero estamos haciendo las cosas tan bien que va ser una putada trabajar en precario. A mí me gustaría vivir haciendo películas y videoclips. Fliparía. Si la película me lleva al camino, genial. Tengo un plan de ideas muy buenas.

¿Utilizarías este medio como un banco de pruebas?

El vídeo te permite libertad que en otros medios no se puede. Tengo una idea cojonuda desde hace cuatro años, pero no he encontrado el grupo ideal. Amaral, por ejemplo, sería perfecto para esto. Brutal. Lo que ya no vuelvo a hacer es un cortometraje. No dejan dinero, no puedes vivir. Ya he hecho cuatro y ya están ahí. Y van de peor a mejor. Mi caso no es el típico de hago unos cortos y hago película. Ha surgido así.

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«La memoria es una trampa, pero nos hace sobrevivir». Entrevista al periodista Juanma Fernández

Muchas vueltas estamos dando a lo que nos puede ofrecer el periodismo en un futuro, pero existe un hecho indudable: las nuevas generaciones van a tener mucho que aportar a esta tan denostada profesión. En su constancia, sacrificio y, sobretodo, integridad se basará su supervivencia. Si lo leemos en un periódico tradicional o lo hacemos en una tablet o el dispositivo de turno que exista de aquí a unos años, vía Internet, ya es lo de menos. Lo mismo podemos decir de la televisión y de la radio. Por eso es una alegría ver publicado un libro como “La fiesta del tubérculo” (Anorak Ediciones, 2014), escrito por el joven periodista aragonés Juanma Fernández, que en estos momentos deja su firma en ABC. La obra es una recopilación de las columnas que ha publicado en Heraldo de Aragón y madrilanea.com entre 2011 y 2014, redactados con la pasión, fuerza, convicción, incluso ingenuidad, que sólo un escritor de 25 años puede plasmar. Mira de reojo mucho al pasado, pero no esperen encontrar una mirada nostálgica. “La memoria es una trampa, pero nos hace sobrevivir. Me interesa mucho más hablar de la identidad porque no hay que olvidar las raíces. No sé si el periodismo será mejor o peor ahora, pero no quiero perder esa visión”.

"La fiesta del tubérculo"

«La fiesta del tubérculo»

En sus textos no pretende convertirse en el abanderado de ninguna causa, pero sí es palpable que la complicada situación actual ha hecho mella en su generación. “Tengo esperanzas en que la crisis nos traiga algo justo políticamente. Nos estamos encaminando al modelo norteamericano, con menos garantías sociales y más injusto, pero creo que la ciudadanía se está volviendo más solidaria: vive los dramas de los demás de otra manera. Lo que no me gusta es que en ocasiones se apele a sentimientos de populismo barato, ni al espectáculo, al drama y al morbo. Prefiero la discreción. Cuando nació el 15-M lo viví con mucho entusiasmo, aunque luego decayó viendo algunos caminos que tomaba. Cuando una manifestación se convierte en algo institucional, pierde su fuerza. Es más productivo que la gente acuda a votar, que lo haga con cabeza y que luego exija lo que se ha prometido . Por ejemplo, en Madrid, la población ya se ha acostumbrado a las manifestaciones, muchas que tienen mucha razón en sus reivindicaciones, pero la gente ya ni las mira”.

Pero no sólo de política vive este plumilla. La cultura popular está muy presente en sus 144 páginas. “Es que no se puede perder de vista lo que a la gente le gusta. Intento aprovechar esos cauces para explicar ideas que me interesan mucho más. No puedes decir al lector todo lo que quiere leer, porque si no le estás traicionando. Como columnista y periodista debo ser honesto, aunque haya que defraudarlo. No me importa que me insulten por estos motivos”.

Juanma Fernández

Juanma Fernández

Los textos están ordenados cronológicamente y es interesante que se dispongan así porque de esta manera se puede ver la clara evolución que ha sufrido Fernández en estos años. “La primera vez que escribí una columna en el Heraldo de Aragón tenía 22 años. Es un periódico muy importante y sentía una responsabilidad y miedo. Con el tiempo he aprendido a disfrutar y a soltarme con los temas. Además, en tres años me he instruido mucho viviendo en Madrid y trabajando para ABC. Me interesa mucho la claridad en los textos. Sin ser simple, aspiro a que todo el mundo los entienda para poder generar un debate”.

Al hablar con él, su pasión por el periodismo se delata. Es un placer escuchar sus teorías de los entresijos de este mundillo y su amor por las entrevistas, pero más satisface saber que tiene los pies en el suelo, muy bien plantados. “Un día acudí a cubrir una rueda de prensa de Mariano Rajoy en la Moncloa y tres horas después estaba en mi casa comiéndome unas pechugas. Eso es el periodismo: no quedarte a comer con los políticos. Tenemos que ser la correa del poder”. Jaime Oriz

Esta entrevista fue publicada originalmente en la revista Mondo Sonoro Aragón.

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A vueltas con el Roscón Rock

Estoy de acuerdo con varios puntos de Zaragoza Feliz Feliz en cuanto al Roscón Rock, pero creo que hay un detalle que no han destacado ni desde este blog ni los propios organizadores del festival. En su momento escribí un artículo para 20 Minutos y, si no recuerdo mal, el ayuntamiento de Zaragoza cortaba más de una docena de veces el paseo Independencia al tráfico para que los ciudadanos pudiesen disfrutar de la actividad de turno.

Por supuesto, en muchas ocasiones ha sido para celebrar conciertos. Lástima que la mayoría de las veces hayan sido organizados por un mismo grupo empresarial. Da la sensación que en el momento que un responsable de la SER, Los 40 o Máxima FM ha hecho una llamada al consistorio, se han puesto todas las facilidades del mundo. Además, este tipo de iniciativas rara vez apoya a alguna propuesta local y de que tenga un mínimo interés cultural ya ni hablamos.

Y cuando llega una propuesta pequeña, romántica, que roza la ingenuidad, y que es un altavoz para nuevas propuestas, como es el Roscón Rock, el apoyo es mínimo: apenas el permiso de actuar en la calle y una escasa difusión. Todo esto unido a que los equipos de sonido son de escasa calidad, no es de extrañar que cada vez menos grupos más o menos relevantes se nieguen a actuar y el nivel de calidad ha descendido considerablemente.

No creo en la política de subvenciones para todos y cada vez confío más en el «hazlo tú mismo», pero deberíamos partir con las mismas posibilidades. De esta manera el cotarro va a seguir controlado por los mismo de siempre.

No quiero tampoco quitar mérito al Ayuntamiento de Zaragoza en otros aspectos. Este año que acaba de entrar va a invertir cerca de 200.000 euros para apoyar la música local (100.000 en subvenciones y el resto en el concurso Ambar Z Music, eventos como el Roscón Rock, salas de conciertos, festivales…) , mientras que la DGA gastará una cuarta parte, pero para toda la comunidad. Ahora esperemos que se reparta de una manera justa y equilibrada.

Más info en Zaragoza Feliz Feliz:
http://zaragozafelizfeliz.com

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Entrevista al dibujante Jesús Saiz

Hace escasas semanas se dio a conocer el nombre del nuevo Batman, Ben Affleck. El resultado fue un enfado e indignación monumental de miles de fans que se reflejó en todo tipo de medios de comunicación. Una noticia, a priori, tan irrelevante fue capaz de acaparar toda la atención y dejar en un segundo plano todo lo relacionado con Siria, por ejemplo. Hasta este punto ha llegado la atención por unos señores disfrazados con pijamas. El hombre murciélago, Superman o Green Lattern convierten en oro todo lo que les rodea y ya está en preparación el megaproyecto cinematográfico de “La Liga de la Justicia” (buscando rivalizar con el apoteósico éxito de “Los Vengadores”). Todo este fenómeno, por supuesto, nació con los cómics y se acaba de publicar el número 18, que viene dibujado por el zaragozano Jesús Saiz. Comenzó su carrera dibujando en Zaragoza, en pequeños fanzines, pero ya desde comienzos de 2000 fichó por DC Comics, en donde se ha encargado de series como “Bidrs of Prey”, “The Brave and the Bold” o “La Cosa del Pantano”.

Jesús Saiz

Jesús Saiz

¿Qué se siente al haber sido el encargado de los dibujos de una serie tan mítica, leída por todo el mundo?

Estoy muy satisfecho, aunque es complicado porque son como unos 100 personajes con su traje nuevo. Tuve que volver a documentarme porque la serie ya está empezada y no me ocupo de todos los números. Ya había dibujado a La Liga de la Justicia y ahora no era mi prioridad. Lo acepté porque me prometieron poder encargarme de lo nuevo de “La Cosa del Pantano”, que es con lo que estoy ahora. Yo hasta ahora estaba muy a gusto con una historia de bárbaros. Era Beowulf pero en el futuro. Era un trabajo normalito pero era de la más divertido que he dibujado. Sin embargo, éste es un proyecto que siempre tiene mucha relevancia y da más beneficios. De hecho, me están haciendo muchas entrevistas en España, que con otros personajes no consigo.

¿Por qué se cambia de dibujante varias veces en una misma serie?

Porque uno solo no da abasto. Jack Kirby iba muy deprisa, pero ahora no se permite ese tipo de dibujo, te lo tirarían a la cabeza. Si dibujas un coches tienes casi que hacer un 3D, calcarlo, informarte en webs… Ahora el público exige mucho mas. Cada número cuesta hacerlo mes y medio y hay que dar relevos. David López es el único tipo que conozco que se pegado más de dos años él sólo con una serie.

¿Cuándo te habías hecho ya cargó de La Liga de la Justicia?

Ya desde que empecé con DC, con una mini serie, que se llamaba “Bautismo de fuego”. Era un guión muy flojo. Después ya me pasaron al sello Vertigo, que es como la editorial adulta de DC para varias series.

Jesús Saiz

La Liga de la Justicia

¿Tenías especial ilusión por dibujar a algún personaje en concreto?

Entre queriendo dibujar guerreros y monstruos y acabé con chicas tipo los Ángeles de Charlie (risas). Realmente, todos los que quería haber dibujado ya lo he conseguido. Batman era de los que tenía más ganas, por su oscuridad. Mis favoritos eran más lo del sello Vertigo. Ahora, el que mas ganas tengo es a Conan el Bárbaro. También he disfrutado mucho con “La Cosa del Pantano”, que es con lo que estoy ahora, y Aquaman también me gustó mucho. A mí no me gusta dibujar el mundo real. Disfruto más con lo fantástico. Con “La Cosa del Pantano” estoy echando el resto. Tiene un público muy específico y al ser de terror te da mas libertad. No tiene que salir guapo porque es un monstruo. Lo que hizo Alan Moore con su historia es un prodigio. Los temas que trata están a otro nivel, está entre los clásicos. Todos los que han venido detrás han intentado tomárselo en serio y dar lo mejor.

Ahora ya eres un artista completamente asentado en el mercado internacional. ¿Cuál crees que es tu aportación como dibujante?

Ahora viéndolo con perspectiva, yo creo que mi mayor reconocimiento vino con una serie de chicas llamada “Birds of Prey”. Me han comentado muchas veces que, como excepción, trataba a las mujeres con mucha dignidad. Se referían con eso que la mayoría de los dibujantes cogen como inspiración una playboy y las dibujan supersexys. Yo intenté hacerlo pero es que no me sale. Las chicas son monas pero no supertetonas; son mujeres reales. Aunque, bueno, no soy el único que lo hace así. El sector femenino, que pensaba que no existía, lo agradeció.

Sin embargo, uno de los trabajos más relevantes fue con “The Brave and the Bold”, con guión de Michael Straczynski, con el que fuiste nominado a un premio Eisner…

Pero no me gustó mucho, personalmente. Era un número ambientado en la Segunda Guerra Mundial, sobre sus héroes. Muy americano. Además, es de los pocos trabajos en el que me han hecho un cambio y no me ha sentado bien. El guión pedía un cementerio de guerra americano y copié una foto, tal cual. Dibujé alguna estrella de David en las cruces y el guionista me pidió todavía mas. Hay cambios que no entiendes, pero manda el editor. Sin embargo, esta serie, en general es de las que más me han aportado como artista. Cada número contaba con un par de superhéroes y los estilos podían variar mucho: humor, thriller, terror…

¿Qué tal es tu trato con ellos?

No me gusta entrometerme. Yo soy muy de casica y dibujar, que es lo mío. Para eso tengo un agente. Necesito una pantalla entre los editores y yo. No he tenido trato mas intimo con los guionistas.

Por hacer un símil con el cine, ¿quién crees que es más director de un cómic, el guionista o el dibujante?

Yo creo que es más director el dibujante. Él es el que pone los actores, el decorado, la iluminación. Pero no es así reconocido, claro. Aunque la última palabra es del editor, igual que los productores en el cine. De todas maneras, en los tebeos se sigue mas al personaje que al autor.

La Cosa del Pantano

La Cosa del Pantano

Siempre ha habido cierta revalidad entre los personajes de Marvel y DC. ¿Cuáles crees que son las principales diferencias entre estas editoriales?

Ahora no controlo tanto lo publicado por Marvel. Antes sí que lo seguí mucho, pero cuando empecé con DC, y me llenaron la casa de tebeos, ya no he leído más, no tengo tiempo. Ahora no puedo comparar mucho. Yo creo que Marvel ha trabajado una parte más espectacular, siempre ha tenido más golpe de efecto. Una de las claves es que Marvel intenta deslumbrar y DC fidelizar. Estilistacamente, la diferencia esta en el coloreado. DC es mas uniforme y Marvel es mas variado.

David López, Fernando Blanco y Javier Pina son otros dibujantes aragoneses que trabajan para el mercado americano y cada vez surgen más por todo el país, ¿hay algún boom de artistas de aquí?

En España siempre han existido muy buenos dibujantes, desde tiempo de Velazquez. Lo que no ha habido nunca en España son plataformas donde publicar. La clave de este boom ha sido Internet, que con todo su poder democratizó el mercado. También están despuntando los italianos y brasileños.

Entonces, ¿qué le falta al mercado español?

Le falta lectores. Sin ellos, falla todo lo demás. El cine funciona con subvenciones, pero los cómics no tienen. Pero los dos adolecen de lo mismo: les falta una industria sólida. Ahora ningún dibujante puede vivir del mercado español, excepto Ibañez. En los 70 había más tradición de tebeos pero parece que la especulación que comenzó en Estados Unidos en los 80 también afectó aquí. Se hizo mucha pasta, pero el público se hartó. Era imposible seguir una historia, todo se volvió demasiado complejo.

Y que no hay costumbre en España de comprar números sueltos…

Efectivamente, no es como en Estados Unidos. Allí tienen un precio de 3 dólares y de 4 si además incluyen algún extra: una portada en 3D o más historias extras. Sin embargo, aquí cada vez funciona mejor la novela gráfica y con los americanos no acaba de cuajar. Allí son recopilatorios. Dicen que el concepto nació con Will Eisner, cuando intentó vender un trabajo a una editorial de literatura. En un principio se negaron pero él les explicó que eso no era un cómic, era algo distinto: una novela gráfica. Y coló.

No puedo acabar la entrevista sin preguntarte tu opinión sobre la elección del nuevo Batman.

En un primer momento grité a los cielos, pero no es tan mal actor. Aunque tiene una cara de pijo… ¡Darevil no fue toda culpa suya!

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