España y Alemania son dos palabras que en los últimos meses siempre que han aparecido escritas o se han nombrado juntas solo significaban una mala noticia. Todo lo que ha venido a continuación de estos vocablos nos lo sabemos de memoria, al igual que nos hemos hartado de escuchar los discursos huecos que han transmitido sus dirigentes. No diré sus nombres ni las siglas que ciertas entidades les suelen acompañar como deslumbrantes actores secundarios. Por una vez, voy a ser positivo, sacaré mi espíritu jipi y voy a demostrar que estos dos países pueden aportar noticias buenas e, incluso, culturales. El próximo 6 de noviembre comenzará el primer Festival de Cine Español de Berlín con el que se quiere dar a conocer nuestra producción cinematográfica actual en el país germano. Algunos de los filmes que se podrán disfrutar durante cinco días son Verbo (Eduardo Chapero Jackson), Águila Roja (José Ramón Ayerra), Eva (Kike Maillo), El Capitán Trueno y el Santo Grial (Antonio Hernández), 23 F (Chema de la Peña) o El sueño de Iván (Roberto Santiago). Su director e impulsor es Santiago Gómez Rojas y explica él mismo como nació este proyecto.
La idea surgió por una estancia en Londres y un trabajo en un festival de cine donde conocí gente del London Spanish Filmfestival. Cuando regresé a Berlín me di cuenta de que aquí no había algo así y empecé a investigar con un grupo de amigos alemanes sobre la oferta de cine español en Berlín y qué tipo de cine era. Muchos conocían, por supuesto, a Pedro Almodóvar y a Alejandro Amenábar, pero tenían la idea de que el cine español era drama, sobre todo. Otros amigos alemanes que han vivido en España saben que es más variado. No conocían a tantos nuevos autores pero sí a clásicos como Carlos Saura o Bigas Luna. El festival no tiene un fin lucrativo, sino promover la cultura de España en Berlín y servir también como punto de encuentro y discusión para españoles y alemanes, principalmente.
¿De dónde habéis sacado los apoyos para levantar el proyecto?
Iba más o menos preparado para enfrentarme a muchas dificultades. Como es el primer año, es normal que muchos patrocinadores te traten y te miren de manera escéptica porque no saben qué rumbo y qué trayectoria va a tener un evento que aún no existe. De cualquier manera, patrocinadores privados como Osborne han creído desde el principio en este proyecto y confiaron en nosotros en todo momento. Luego se fueron sumando unos cuantos más. Tampoco quería tener muchos patrocinadores para que no pierda el carácter cultural y no se convierta en algo demasiado comercial. Aun así, los primeros en apoyarnos en todos los sentidos fueron la embajada de España en Berlín y el Instituto Cervantes. Sin el apoyo de estos organismos públicos quizás nunca habríamos ganado la confianza de más personas del sector privado. Esto ha sido un trabajo arduo de relaciones públicas.
¿Cuáles fueron los mayores problemas que os encontrasteis?
Quizá la mayor dificultad fue encontrar el cine en el lugar perfecto. Escribimos a varios cines y el único que apostó y respondió de manera incondicional fue Moviemento, en Kreuzberg. Todos los demás nos dijeron que no. Otro nos exigía que nos gastásemos por lo menos 20.000 en marketing, lo cuál me parecía no solo absurdo, sino una forma muy amable de decirnos que no. Otra de las mayores dificultades, a mi modo de ver, fue no encontrar ningún apoyo público alemán para el primer año, pero estoy seguro que en los próximos años las autoridades berlinesas serán conscientes de la necesidad e importancia de un evento cultural de este tipo para la ciudad y sus residentes para hacer de Berlín una ciudad más diversa y tolerante.
Otro de los apoyos más importantes vino del conocido actor Daniel Brühl (Malditos Bastardos, Good Bye Lenin, Eva), que prestó su imagen para presentar el festival.
De manera muy generosa nos ha ayudado con el póster y el vídeo promocional del festival. La decisión de contactar a Daniel y pedir su ayuda, no fue solamente porque el festival se abra con una película que él protagoniza, si no también porque él más que nadie encarna las buenas relaciones entre España y Alemania: Habla español, catalán y alemán como lenguas maternas. Él se siente en casa tanto en Berlín como en Barcelona.
En este evento, encontramos a la zaragozana y recién afincada en Berlín, Sandra Sanchez Paez, que colabora en la organización en general y en particular, en la difusión y promoción.
He llegado al festival a través de los lazos que se crean entre españoles residentes en Berlín; un fenómeno especialmente acusado en el caso de la cultura. Somos un puñado bastante significativo de jóvenes con inquietudes y formación cultural, que en muchos casos nos hemos desligado de nuestros frustrantes orígenes para asentarnos en un sitio que ofrece más oportunidades y cauces al desarrollo de la cultura en sus más variadas manifestaciones. Y este sitio es Berlín. Pocos lugares existen que ofrezcan tan abierta y tan accesiblemente cultura contemporánea. A cambio, lo habitual es que todas estas iniciativas se apoyen en la colaboración desinteresada de la gente. Son proyectos culturales sin ánimo de lucro y somos gente con ganas de experimentar y aprender. Con la ayuda de unos cuantos se pueden poner en marcha muchos proyectos a pesar de contar con medios precarios. Y si bien es cierto que hemos tenido la suerte de contar con ayudas y patrocinios el trabajo en equipo ha mantenido a flote el festival. Es así como surge algo que no puede sino crecer en sucesivas ediciones.
¿Sentís que existe un interés por la cultura española en Berlín?
Que España está «de moda» en Berlín es un hecho innegable. Sea por el imán cultural que para muchos españoles ha supuesto en los últimos años o por las recientes hordas de españoles que emigran a Berlín a buscarse la vida (convirtiendo a la población española en una de las más numerosas en la actualidad). La cultura española, por extensión, despierta una curiosidad creciente en el multicultural público berlinés, y la población española de la que hablaba anteriormente siente una necesidad instintiva de expresarse culturalmente; así se retroalimenta la escena berlinesa.
¿Qué imagen proyectamos en el extranjero desde tu punto de vista?
Afortunadamente, creo que nuestra imagen huye cada vez más de los tópicos por los que somos conocidos en países anglosajones, aunque es inevitable que en los últimos tiempos se haya generado un cierto sentimiento de recelo al identificar a la población española con emigrantes hambrientos de trabajo.
Las películas que proyectáis son de cine actual, ¿no os planteasteis comenzar con clasicos de nuestro cine?
Ante todo, la idea es hablar de lo que es el cine español real, actual, y más allá de clásicos como Almodóvar, ya que casi es el único director español conocido por los berlineses. No se trata de que se venda mejor, ya que la muestra parte de un interés únicamente social y cultural, sino de mostrar las producciones cinematográficas más recientes (con alrededor de un año de vida) y más alejadas de lo que el espectador medio berlinés pudiera esperar, para facilitar una verdadera integración de las culturas española y alemana.
¿Qué otras actividades incluye el festival?
Teniendo en cuenta que se trata de la primera edición del festival, nos ha parecido interesante celebrarlo como se merece: haciendo partícipe al público. Para ello hemos organizado dos fiestas, una de inauguración y otra de clausura, en las que invitamos al público del festival, tomamos una copa e incluso picamos algo. En ambos casos contamos con artistas de todo tipo (músicos, bailarines, performers, DJs), centrados en involucrar al espectador en el hecho cultural. Aquí tengo que decir que hemos tenido la suerte de contar con la colaboración de dos artistas aragoneses, Kim Fasticks (de folk) y Le Chipriana (artista multidisciplinar conocido, entre otras cosas, por sus acciones con Zargrüp). La fiesta de clausura está pensada para tener una afluencia de público importante y para ello hemos establecido precios populares. Los asistentes a cualquiera de las proyecciones tienen la entrada gratis, y el resto pagan sólo 3 euros. Por supuesto, contaremos con actores y directores. Digamos que es una subcategoría. Nos parece fundamental tener eco social y causar una buena primera impresión. Porque con un poco de suerte ésta será la primera de muchas ediciones del festival.