Restaurante. Cocina de los cinco continentes.
Calle San Antonio María Claret, 17, Zaragoza.
myspace.com/elfestindebabel
Cuando tantos restaurantes no combinan el arte del paladar con otras artes como la música porque, simplemente, no se les ha ocurrido, este local le da a lo musical una importancia mayúscula.
Es, sin duda, una de las propuestas culturales más insólitas de nuestra comunidad. El restaurante El Festín de Babel, bajo el hilo conductor de la gastronomía de los cinco continentes reformulada desde la cocina de autor de Sergio Ortas, es un espacio cultural interdisciplinar. Desde sus cuatro paredes puedes disfrutar de platos originales, vinos de California, Chile, Australia, Sudáfrica…, exposiciones de artistas muy diferentes y, por supuesto, del buen gusto en lo referente a la música, el trozo del alma a tratar desde este blog.
Que traspasas el umbral de sus puertas y escuchas música étnica es un hecho del que, no obstante, no abusan a pesar de tenerlo “a huevo”. Van más allá. La selección está siempre elegida a conciencia y puedes encontrarte, además de con lo étnico, con sonidos rock, blues, jazz, clásicos… y propuestas aparentemente inesperadas como Renato Carosone que escuché en una de mis últimas visitas.
La pasada noche del 31 de octubre, un servidor, acudió a una jornada de celebración a la mexicana de la noche de los muertos. Para ello, acompañaron sus habituales platos con diferentes versiones de rancheras de José Alfredo Jiménez. Una compilación seleccionada por el propio anfitrión, Sergio Ortas, conocido literariamente como Puritani. Fue algo alegre, como una noche de difuntos mexicana. Más tarde sonó música fronteriza de la mano de propuestas como How Gelb, Joe Henry, Dyana Kurtz, Mark Lanegan, Tom Waits, Nick Cave… En este caso el tracklist fue cosa de Enrique Bunbury que lo seleccionó hace un tiempo para diferentes momentos de El Festín de Babel.
Mientras degustaba un excelente mojito elaborado a conciencia, con el que nos invitaron a todos los presentes, pudimos saborear, también, algo de música en directo. Tan solo 2 voces y 2 guitarras acústicas fueron suficientes. En concreto las cuerdas vocales y de guitarra de Puritani y Alfama que comenzaron con “Para morir como Malcolm Lowry”, en base a un poema de Puritani. Siguieron con un tema musical de Alfama: “Novecientos”. Completaron el mini-concierto una versión de “La Albada” de Labordeta, otra de “Donde cruzan los caminos” de Diego Vasallo, “Por la Fuente y la Plaza” con letra del poeta zaragozano Julio Donoso, para terminar, como merecía la ocasión, con el “Corazón, corazón” de José Alfredo Jiménez.
Este local realiza conciertos cortos de pequeño formato de modo habitual. No obstante si acudes uno de los días en los que hay exclusivamente enlatados, la selección, seguro que también merece la pena con creces. Vamos, que la calidad de lo que suena está siempre garantizada.
No se puede pedir más en lo musical y en el resto de factores que construyen el alma de El Festín de Babel… más cuando la celebración sólo costó 25 Euros… y encima invitó mi acompañante.