Entrevista al escritor Octavio Gómez Milián

Vampiros, cintas TDK, lucha mexicana, The Smiths, zombis, religión, cómics, boxeo… Octavio Gómez Milián ha reunido varias de sus pasiones y las ha plasmado en su nuevo libro de relatos cortos, “Todos los vampiros quieren ser estrellas del rock”, aunque barnizadas con su inconfundible estilo. Además, Milián está al frente de la banda de rock poético Experimentos In Da Notte (junto con el músico Pablo Malatesta), con la que también acaba de editar su último disco, “Kerouac”, pero en esta ocasión vamos a centrarnos en las claves de su libro.

Portada de "Todos los vampiros quieren ser estrellas del rock"

Portada de «Todos los vampiros quieren ser estrellas del rock»

Mi relato favorito es “De cómo Caín se conviertió en el bibliotecario del sueño”, en el que, además de un nuevo homenaje a los vampiros y a la religión, incluyes a Morfeo. ¿Está basado en el cómic de Sandman?

Sí. Es uno de los personajes que más me interesan. El desembarco de los autores británicos en el tebeo americano, sobre todo Alan Moore y Neil Gaiman, fue uno de los momentos cósmicos de la postmodernidad. Mezclaron la cultura pop con la vocación de los mesías, el desenfreno de un psicótico y un acierto casi milagrero. Me gusta el panteón de Sandman más que el personaje en sí: todo lo que rodea, el mejunje, el todo vale, el collage, el guiño… Hay mucho de eso en el libro y en el relato de Caín. En realidad, el personaje de Caín bibliotecario del sueño está copiado directamente de la obra de Gaiman.

¿Y cuál es tu personaje favorito de toda la obra?

Por supuesto, Caín, el bibliotecario del sueño. Es el ambiente en general lo que me fascina, los mitos convertidos en verdad…

“Las cosas se van a poner jodidas” me ha gustado mucho porque has descrito algo que creo que se debe recordar a los nuevos seguidores de los zombis: los muertos regresan porque no hay espacio en el infierno. Como fan, ¿qué te parecen las nuevas versiones del género, con intentos de explicación científica e infectados?

Me gusta todo. Mira, lo que me gusta de verdad son las obras sobre zombis que van más allá de la noche de la ruptura, más allá del momento en el que se produce el primer brote. Por eso me gusta “Apocalipsis Z”, las obras de Max Brooks o considero “Day of the dead” una de las grandes películas de la historia. Es fácil imaginarse el principio pero solo los valientes miran más allá del abismo.

¿Qué opinas de la inminente versión cinematográfica de “Guerra Mundial Z”?

Los zombies son lentos y punto. No habría manera de vencerlos. En el cine, en “Guerra Mundial Z”… No lo veo. Pero tampoco me ha gustado mucho la tercera temporada de “The Walking Dead”. Me gustan más los tebeos. Tengo los cien primeros, en español y blanco y negro.

Los vampiros llevan años de moda. ¿De los últimos años, con qué películas te quedas? ¿Te interesan las nuevas aproximaciones? Yo creo que se ha perdido ese toque de misterio gótico… Incluso en aproximaciones de los 80 con comedia se mantenía, como en “Noche de miedo”.

El vampiro me aburre. Lo utilizo porque quiero que los personajes crezcan. Me interesa el vampiro de los ochenta. Buscar un vampiro y que tenga que ser Peter Murphy. Me gusta el éxtasis de Nicolas Cage, me gusta Stephen King en «Una más para el camino», el pequeño relato que sirve de epílogo a “El misterio de Salem´s lot”… Pero sobre todo me gusta Juan José Plans haciendo radioteatro con los relatos de Lovecraft o Stroker. No te he contestado: los vampiros de los últimos años apestan. Y no porque no duerman bajo la tierra… Es que ni duermen bajo la tierra, por Dios, ¿ya no hay nada sagrado? No se salva ni “True Blood”, las últimas temporadas parecían escritas por un David Lynch pasado de barbitúricos. Me sigue gustando Lily Taylor en «The addiction», de Ferrara. Prefiero mil veces la tercera parte de “Abierto hasta el amanecer” a cualquier versión de esta década o la pasada. Me quedo con Carpenter porque eligió al gran James Woods.

Yo sumaría al Bowie de “El ansia”… 

Sí, pero la escena de Peter Murphy siempre me ha parecido más magnética. Por cierto, el Anj que lleva la Deneuve es el mismo símbolo que Muerte, la hermana de Morfeo.

Veo que te interesa el vampiro como un personaje movido por una adicción más que el de terror.. Por cierto, de los 80 hay que empezar a reivindicar “Los viajeros de la noche”.

Los viajeros de la noche es una de mis películas favoritas. Lance Henriksen es uno de mis actores fetiche desde “Aliens”. En el último número de la revista SCIFI le dedican un monográfico a la película. Es un antecedente claro de los vampiros de Carpenter

El universo orwelliano, que también reflejas, está realmente muy cerca. ¿Crees que podemos librarnos de él?

Mira, si llega el mundo de Orwell, lo tendremos que aguantar. No veo a nadie dispuesto a empezar una revuelta… no seré yo. Además, ¿si huimos de los Estados Unidos y de Alemania qué vendrá después? “Rebelión en la Granja”. No lo tengo yo tan claro. Si tengo que elegir entre Coca Cola y el Gran Líder, me pido el BigMac tamaño extra.

Yo tengo la teoría que el cine de serie B hay que verlo sin buscarlo, encontrarlo a altas horas de la mañana en algún canal extraño. ¿Tú cómo te informas y lo buscas?

Me gusta lo que dices. Dejarse llevar. Antes de la TDT se podían ver tetas de madrugada y había porno en las cadenas locales. Ahora todo es tan blanco que lo más excitante que puedes ver es un escote de la presentadora de un concurso telefónico. La serie Zeta (o B) no la puedes buscar. Ella acude a ti. ¿Has visto alguna película Mondo en tu videoclub? ¿Aún existen los videoclubes? Hay un enlace en daylimotion en el que se puede ver el suicidio real de un senador americano. Se dispara en el cabeza, es todo muy rápido.

Mi padre tiene el récord todavía no superado (y a día de hoy insuperable) de haberse visto TODAS las películas de VHS de terror que había en el videoclub del Corte Inglés. Igual lo llevo en el ADN. La mayor parte de las películas de Serie B de las que hablo o he visto me las invento.

El boxeo y derivados gozan de muy poca aceptación entre la juventud en parte, supongo, por su violencia. Yo mismo no tengo muy claro si estoy a favor de un deporte así. ¿Qué me puedes contar para que entienda esa pasión? 

¿Violencia? Buff, es peor la mafia que hay detrás de las apuestas y el amaño de partidos de fútbol que dos tipos que han decidido darse de hostias a ver quién es más fuerte. No creo que este deporte en sí esté bien o mal, o que sea peor que el rugby o el fútbol, pero el ambiente hostil y las corruptelas se lo han llevado por delante. Que cada uno hago lo que quiera. Los campeones lo son sobre el ring y al bajarse de él.

Ahora que lo pienso, casi la gran protagonista del libro es Zaragoza ¿Por qué esa constante reivindicación?

Zaragoza es el protagonista absoluto del libro, nosotros estamos dentro de la ciudad y ella decide qué hacer con nosotros Los recuerdos se acumulan, las emociones nos pasan nunca. Zaragoza, Zaragota, la Gota…

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Entrevista al realizador Jorge Nebra

Jorge Nebra

Ha realizado vídeoclips, cortos («El coleccionista», «La espera», «Don Quijote de la marcha»), documentales («Tako 20 Años»), exposiciones de fotografía («La historia me absolverá»), piezas publicitarias y largometrajes («Habanece»«Tierra de cierzo»). Y es que más de 15 años de carrera dan para mucho. Jorge Nebra (Zaragoza, 1973) comenzó ya con 17 años con una exposición de fotos y desde entonces no ha parado de formarse y trabajar. En estos momentos está instalado en Zaragoza, ha potenciado su faceta como realizador de videoclips y ha trabajado para algunos de los grupos más importantes aragoneses: Tako («Cara de niño»), Volador («Lejos de la tristeza»), Puturrú de Fuá («Eres mi idola»), DAB («I promise»), Hotel («Mujer satélite»), NDNO («Ndno»), Leo Susana («One man show»)… En estos momentos, está a punto de estrenar «Psychokillers», una colección de fotografías que se podrá ver del 2 al 30 de mayo en el Colegio de Arquitectos de Zaragoza.

Me ha llamado mucho la atención que en la lista que te pedí con tus videoclips favoritos señalas “Subterranean homesick blues” de Bob Dylan. Me alegro mucho  porque casi siempre se nombra como pieza fundamental a alguna de Queen o The Beatles. ¿Por qué lo ves tan importante?

Es que ya solo por cuestiones históricas ya lo es. Fíjate, es del año 65. Un plano secuencia. Me pregunto cuántas tomas se realizaron porque se ve a Dylan como con muy poco interés en una parte del clip, con la mirada perdida. Creo que ya estaba harto de rodar. Además, es que es Bob Dylan, aunque no sea un gran fiel seguidor. Y últimamente menos…

¿Aquí en España aún no hemos llegado quizá a ese nivel?

Es que es una industria muy diferente a la de países como EEUU. Aquí no genera lo suficiente. Aunque también depende mucho del realizador. Yo el videoclip no lo veo solo meramente como una transmisión estética. Lo que intento es basarme en un un hilo conductor que me inspire el tema, no ceñirme sólo a una idea visual. Quiero narrar pequeñas historias. Es que lo que más me gusta es la ficción. De hecho mis esfuerzos los quiero centrar en afrontar otro largometraje que tengo escrito hace ya unos años.

Lo bueno de un formato como el videoclip es que es un campo de pruebas. También hay que tener en cuenta que la mayoría de los trabajos que hago han son con muy poco equipo técnico y eso te permite el implicarte de una manera más directa con la propia creación. Yo me lo guiso y yo me lo como.

Jorge Nebra y Jaime Oriz

¿Qué realizadores te han llamado últimamente la atención?

No tengo ningún favorito en especial pero nacional me gusta el trabajo de Titán Pozo, hermano de Rubén Pozo, de Pereza. Ha hecho trabajos para Bunbury (“Las cosas cambian”) Amaral (“Hacia lo salvaje») o Dinero (“Mentiras”). Y de cine en general, Alejandro González Iñárritu. Me gusta mucho pero con “Babel” ya no tenia a su guionista, Guillermo Arriaga, y la película se resintió. De ahí la importancia del guión.

Ahora que han pasado los Premios de la Música Aragonesa, ¿cual era tu favorito de este año?

El de AER, “Tanto te dirán”, está de puta madre. Bueno, todos los demás son excelentes trabajos pero habría que ver la diferencia de presupuestos. Pero realmente me hizo ilusión que saliera ganador Iván Castell, con Limnopolar («Suben los colores»), porque creo que era el único director aragonés de las cuatro propuestas.

«Promises», de DAB

El año pasado estabas nominado con “I promise” de DAB, sin embargo, el premio se lo llevó un directo de Héroes del Silencio. A mí me pareció muy injusto. ¿Tú cómo te lo tomaste?

Pues no se, supongo que bien… Era un pieza que tenia muchos años. El jurado sabrá. No soy muy de premios y esas cosas aunque me gusta que la primera votación sea popular. Me preocupa más otro tema. Con uno de los organizadores de la gala, Sergio Falcés, ya lo he comentado en alguna ocasión. Creo que debería haber dos condicionantes para los premios: que tanto como grupo como director fueran aragoneses.

¿Tú puedes ganarte la vida de esta manera?

No. Con la industria del videoclip en esta tierra no se puede mantener uno a flote. Sólo es una parte de mi trabajo. Lo que da más dinero es la publicidad pero desde 2008 han bajado muchísimo las campañas para televisión. Ahora hay muchos mas trabajos destinados a la red pero las empresas no invierten lo suficiente, solo algunas multinacionales.

Normalmente, los realizadores empiezan con videoclips o piezas de anuncios antes de abordar trabajos de más envergadura, sin embargo, tú lo hiciste al revés…

“Habanece” es una película de ficción y me dio unas tablas de la hostia profesional y personalmente. Fue una locura hasta poder rodarla, lo hicimos en 16 días en unas condiciones muy, muy difíciles en un país muy, muy complicado para desarrollar libremente el arte como es Cuba pero me sirvió como una excelente base. Esa película me costo casi cinco años escribirla, prepararla y rodarla.

Nebra, en el rodaje de «Habanece»

Y luego ya te pasaste al tema musical…

Efectivamente. En “Habanece”, ya el 80% de la banda sonora es aragonesa. En todos mis trabajos me gusta meter música de aquí, creo que en Aragón hay muchísimo talento y calidad  así que  lo seguiré haciendo siempre que pueda. Lo bueno del vídeoclip es un formato muy  flexible y cuando te dan libertad para trabajar es genial. Es primordial transmitir la idea que tenga la banda.

¿Cómo estás enfocando el nuevo vídeo de Mama Kin que estás preparando?

He decidido volver a rodar un trabajo con más equipo técnico dado sus características y basarme en el trabajo de los actores. Es una historia de contenido social bastante profunda interpretada por Maria José Moreno, Alfonso Desentre y Jaime Ocaña. Espero tenerlo listo para mitad de abril. Luego abordaré un par de proyectos musicales más, el de Hotel que preparan su nuevo disco y el de la nueva banda de Antílope.

Sin embargo, con otros grupos sí que has potenciado su imagen, como por ejemplo con “Cara de niño” de Tako.

Claro, ellos ya tienen una estética muy clara y fuerte. Por otro lado, el vídeo de Mama Kin, va a ser de un estilo más agresivo. En el fondo yo soy un poco guarro… No me gusta la textura y el tratamiento de la imagen excesivamente perfecta porque pienso que eso aleja al espectador. Me gusta algo más cotidiano, más creíble.

Veo que no te gusta ajustarte a una moda.

No soy una realizador que me ajuste a simplemente un estilo, aunque creo que cada uno tenemos el nuestro propio. Realmente, esta todo permitido pero intento no saltarme el lenguaje básico, y si lo hago es con conocimiento. No me gusta tampoco abusar de la postproducción.

Sin embargo, uno de tus primeros vídeos, “Ciclo vital” de NDNO tiene mucha post producción.

El rodaje fue con una handicamp y resultó muy sencillo. La post producción sí que fue un currazo: más de 1000 capas. Igual estuve un mes trabajando con él. Tampoco había los ordenadores de ahora y los rénders eran mucho más lentos. Fue un poco desesperante pero el resultado final creo que valió la pena. Es muy pictórico y gráfico y eso me encanta, además del mensaje que transmitía. Ndno era un grupazo… es una pena que se disolviera.

«Lejos de la tristeza», de Volador

¿Cómo definirías tu estilo?

Nebrijano (risas).

¿Sueles recurrir a subvenciones?

(Muchas risas). En alguna ocasión como todos… pero solo para los trabajos de larga duración como son mis dos películas. En Aragón en el caso del videoclip  los costes los suelen asumir los grupos porque los sellos son pequeños y no quieren ponerla. También se recurre a esponsorizaciones privadas pero el sector ya no es lo que era. Hay muchísimo intrusismo laboral y muchas personas que trabajan por la cara de un modo sistemático. Está bien trabajar por gusto de vez en cuando pero no de manera sistemática. También ocurre en el mundo de la fotografía: siempre hay alguien que lo hace de gratis y eso revienta el mercado. Es que hay mucho artista…

Se ve que está muy unido al mundo musical desde siempre. ¿De qué te viene esa conexión?

Desde crío ya les hacía fotos a grupos como Aborígenes del Cemento en los locales de Sementales… hablo del año 92. Tengo amigos músicos desde hace muchos años.

Entonces no fue extraño que te enfrentases a un proyecto tan complejo como “Tierra de cierzo”.

Creo que era un proyecto necesario y que tenía pendiente, aunque fueron tres años de intenso trabajo.

¿Por qué decidiste centrarte en grupos de pop, rock y hip hop?

Fueron valoraciones mías. Me decanté por incluir mis recuerdos personales de esa época. Eso es lo que intenté transmitir y no sólo fijarme en el rigor histórico. Rodé algo que viví de adolescente y no podría haberlo hecho centrándome en el jevi por ejemplo…

Mi idea era hacer algo general. Leer el libro de Matías Uribe “Polvo niebla viento y rock” fue el detonante y faro para rodar “Tierra de Cierzo”. Cuando cabé en el hospital me sacaron de todo… Un trabajo así puede acabar con la salud de cualquiera, más si estás todo el día rodeado de músicos (risas).

Además, creo que ha funcionado muy bien y ha ayudado y ayuda a que mucha gente de fuera conociera lo que sucedió y sucede aquí. No todos los días tu película compite en la sección oficial de uno de los festivales de cine musical más importantes del mundo como es IN EDIT…Se hicieron 2700 unidades del libro y película y no queda ni una. Aunque parezca mentira, yo no tengo copia (risas).

«One man show», de Leo Susana

¿Qué resultó lo más complicado?

Todo. Hubo momentos de auténtica desesperación. Por suerte el Ayuntamiento de Zaragoza, la DGA y la televisión autonómica ayudaron. Hay gente que me dice de broma que haga una segunda parte. Ni de coña. El documental acaba en una época muy concreta y ahora les toca a otros coger el relevo, gente mas joven, que tenga 20 años y que esté viviendo lo que se está cociendo en estos momentos.

De hecho, las bandas de la última hornada casi no toman la palabra.

Así es. Eso ya es otra película (risas). Pretendía dejar una descripción del panorama, con un espacio abierto.

Mientras preparabas el documental vivías en Madrid, ¿cómo te apañaste?

Entre las dos ciudades. Iba y venía. Pero mi época en Madrid fue muy dura en todos los aspectos… Muy dura. Una de las peores de mi vida… Pero de todo se aprende.

Pero es una ciudad en la que puede encontrar más apoyo, ¿no?

Es posible. Hay mas gente y muchos más medios, aunque también existe mas competencia y es una ciudad igual de cerrada que otras, como Barcelona. Lo bueno es que es un mundo que cuando te acostumbras sueles trabajar siempre con la misma gente, aunque ahora todo el mundo está acojonado porque el sector audiovisual esta reventado. Pero bueno, en Zaragoza se vive muy bien (risas).

¿Qué habría que hacer en Aragón? ¿Quizá pedir un mayor apoyo de la televisión autonómica?

Yo no me puedo quejar, siempre me tratan bien y me apoyan en los proyectos que emprendo o cuando necesito algo. Quizás no de la manera y medidad que debiera de ser… En cierto modo la televisión ha perjudicado muchísimo al sector audiovisual. Es una pena, pero es así.

Para terminar, ¿puedes contarme en qué estado se encuentra la película que estás preparando, “Ángel”?

He vuelto a retomar el guión, que lo tengo escrito hace cinco años. Lo que pasa es que mi visión ha cambiado: los diálogos ya no los veo como antes. He crecido y los personajes se han quedado pequeños. Ando detrás de Paula Ortiz a ver si me tira un cable con eso para pulirlo un poco más,  aunque la estructura ya es sólida. El guión previo ya lo han leído varios actores de talla nacional y cuento con ellos pero lo que tengo claro es que para seguir al primero que le tiene que gustar es a mí. Y eso pasará cuando afinemos diálogos.

¿Ejerces también las tareas de productor?

Si son trabajos pequeños sí, pero si son grandes delego. Dirigir y producir es un error que ya viví con “Habanece”. Ni borracho. No puedes estar pendiente de todo la vez, y menos sabiendo el dinero que cuesta. El tiempo vale pasta. Hay que tener la cabeza muy centrada.

 

Los vídeos favoritos de Jorge Nebra

Bob Dylan «Subterranean homesick blues» 1965

Uno de los primeros vídeos musicales de la historia de la música. Siempre me pareció genial el acting del señor Dylan. No sé si le pesaban los carteles o es que estaba del planito secuencia hasta los mismísimos. Siempre me pregunté cuantas tomas rodarían.

Michael Jackson «Thriller» 1983 

Cuando tienes diez años y ves una panda de zombis en la pantalla de tu televisor en color ITT comprado para el mundial de Naranjito, pasa lo que pasa. 14 minutos de un clip maravilloso. Nunca pasa ni pasará de moda. Eso sí, más de 800.000 dólares de presupuesto en aquella época no eran moco de pavo.

Peter Gabriel «Sledgehammer» 1986

Magnífico. Creo que junto a «Take On Me» de A-Ha e «Innuendo» de Queen fueron trabajos que marcaron un antes y un después dentro de este formato. La animación, el dibujo, el collage… todo tenía cabida. Pura artesanía.

Social Distortion  «Machine Gun Blues» 2011.

Un buen amigo seguidor de la banda me lo mostró. Me quedé flipando. Un clip de impresionante factura y montaje. Una pequeña gran película.

Radio Futura «La Estatua del jardín botánico» 1982.

Uno de los grandes video clips españoles. Uno de los primeros y digno de estudio. Recuerdo que también me impacto muchísimo de pequeño pero no entendía que hacía aquel tipo plateado en la pantalla de la tele. Lo entendí algún tiempo después pero, para entonces, ya era fan incondicional de la banda.

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Entrevista al realizador Ignacio Bernal

El realizador Ignacio Bernal está de actualidad: al éxito del año pasado con los videoclips de Bigott (“Cannibal dinner”) y Josh Rouse & The Long Vacations (“Oh, look what the sun did”) hay que sumarle que fue uno de los finalistas del prestigioso Festival Internacional de Videoclips de Alicante con “Romantik”, de No Truck Truckers. Ahora acaba de presentar “The old play” el tema de adelanto de lo que será el debut en largo de El Brindador, “The big great circle”. Pero la colaboración con el francés afincado en Zaragoza no finalizará aquí.

Ignacio Bernal

Ignacio Bernal

Ya has realizado varias piezas para El Brindador y también ha salido en algunos de tus trabajos comerciales. Ya casi se puede decir que Eric Cihigoyenetche es tu Robert  De Niro particular.

A parte de una gran amistad, me encanta su música y, además, nos entendemos perfectamente. Su nuevo disco me gusta mucho y sé que va a triunfar. Hasta ahora no le he podido hacer un trabajo tal y como me hubiera gustado pero eso va a cambiar pronto. Su primer vídeo, «Casual day», lo hicimos en cuatro horas, una tarde que llovía después del rodaje de un anuncio. Es simpático y queda bien; poco más. Y el que acabo de presentar en Rockdelux, no es más que un avance. El disco sale en febrero y para abrir boca hicimos esta pieza con imágenes de archivo.

Llama la atención que hayas recurrido a un archivo para contar una historia de Boy Scouts y una oveja. ¿Qué querías transmitir?

Se nos ocurrió primero realizar algo al estilo Canadá, con muchas tetas. Un rollo como de los años 70 pero no me gustó el resultado. Entonces vi la portada que habían diseñado Yann Leto y Cecilia de Val para el nuevo disco de El Brindador. Así que me puse como un loco buscar imágenes en las que aparecieran Boy Scouts. Encontré un documental de la BBC maravilloso que encajaba a la perfección con la canción  «The old play»: una historia de amor entre un niño y una oveja (amor fraternal). Muy en la linea con el sentido del humor de «El Francés».

"The old day"

«The old day»

¿Y qué me puedes adelantar del próximo?

Que será de la canción que creo que va a encumbrar a El Brindador y que saldrán caballos. Caballos a saco.

¿No me vas a contar nada más?

Colores y sensaciones. Algo que evoca el final del verano. Y que esperamos contar un presupuesto decente.

Has nombrado a Canadá, el colectivo de realizadores de moda (Nicolás Méndez, Luis Cerveró y Lope Serrano), ¿que valoración tienes de ellos?

Son muy buenos, la verdad. Son los que parten la pana en España, aunque lo que hacen no es novedoso su forma de hacerlo si lo es. Ya se hacían cosas así en los años 60 o 70. Es un rollo muy  Nouvelle Vagué.

Un buen ejemplo de su estilo para bien y para mal es el que hicieron para Battles, «Ice-cream».

Imágenes oníricas y tetas. Había un foro en el que hablaban de lo que se veía en sus piezas: caballos, tetas, zapatos, tetas, sombrilla, tetas… (risas). No en serio, el video me parece genial.

¿Y el que realizaron para Justice, «New lands»?

No me gusta mucho. Creo que tienen mejores.

Entonces, ¿de España con qué realizador te quedas?

Pues con los de Canadá, claro (risas). Son los mejores. Aunque hay mucha gente que hace cosas buenas, en mi opinión. También me gusta mucho la realizadora que hizo el último video de Calexico («Splitter»), Paloma Zapata.

Parece que con ellos se ha instaurado en España la figura del realizador estrella. Aunque también venía hace tiempo dando que hablar J. A. Bayona, ahora triunfando con Lo imposible. ¿Por qué crees que ha sucedido tan tarde, cuando en EEUU ya en los 90 salieron grandes figuras como Spike Jonze o David Fincher?

Porque en EEUU hay un industria sólida. En España no.

¿Se puede vivir de este oficio ahora en España?

Del videoclip no se puede vivir. Es casi imposible en España. No pasa lo mismo en EEUU. A mí me encantaría hace un vídeo para alguien como Beyonce porque hay un gran presupuesto y buen equipo.

"Cannibal dinner"

«Cannibal dinner»

¿Un vídeo bien hecho cuánto puede costar?

Hablar de dinero es muy relativo. Para «Canibal dinner» contábamos con dos grandes figuras de la posproducción como Sergio Duce y Toño García. Bigott ahora mismo tendría un riñón y un testículo menos si hubieran cobrado lo que tenian que cobrar. Con perdón. Mejor esto córtalo. Bueno, no déjalo. Eso es así, es una pasta. Aquí no hay mercado.

¿Y porqué y cómo empezaste a trabajar en este medio?

Por pura pasión. Con 15 años ya estaba grabando vídeos caseros. No paraba y decidí que me quería dedicar a esto. Me gusta también escribir y la historia, pero fue descubrir ese mundo y ya no pude parar hasta hoy…. Todavía lucho, aquí en Zaragoza.

¿Hasta dónde quieres llegar?

Mi sueño sería, por supuesto, hacer una película. El clip es un medio ideal para experimentar y hacer cosas creativas. Pero una película es una película.

Otra opción es dedicarse a la publicidad…

Hay que comer…

Tu trabajo para Modelo de Respuesto Polar, «La guerra y las faltas», me pareció un poco de encargó, ¿fue así?

El grupo me pidió que querían salir cantando y tocando todo el rato. Yo les sugerí realizar algo más moderno pero me mandaron el clip de un grupo como ejemplo de lo que ellos querían. Al final hice lo que ellos me pidieron, aunque me dejaron libertad en otras cosas. Lo más divertido fue que nos colamos en un bosque en el que estaba prohibido entrar. Total, que llevábamos una máquina de humo y vinieron unos guardias pensando que se iba a quemar el bosque (risas).

"Oh, look what the sun did”

«Oh, look what the sun did”

Hablando de «Canibal dinner». Creo que se sobrevaloró. Es una pieza que funciona con la canción. Por separado no tienen la misma fuerza. Sin embargo, el año pasado salió el de Josh Rouse, que me parece mucho mejor. Resulta convincente por sí mismo. De hecho, creo que es tu mejor vídeo.

«Canibal Dinner» fue más un encargo.  Bigott sugirió gente bailando. Le pegaba a la canción y eso hice yo a mi manera, claro esta. El de Josh Rouse no surgió así. Se me ocurrió en un viaje, mientras escuchaba la canción, y me salió con el corazón. Me gusta mucho. Yo escucho los temas y me dejo llevar por lo que me sugieren.

Josh Rouse nos ha pedido otro vídeo. Solo nos ha sugerido que esa canción que nos encarga le recuerda a San Francisco. Sabe lo que es la música y la imagen y es muy fácil trabajar con él. Siempre hay que pensar en la esencia de la canción.

Precisamente creo que la mayoría de tus trabajos parten de una idea muy concreta, y la narración pasa a un segundo plano.

Mira, hay una enfermedad que se llama sinestesia, con la que los sentidos se confunden. Por ejemplo, se confunde el sentido del gusto con las palabras. Precisamente este fenómeno para mi está relacionado con la música porque yo creo que se pueden escuchar colores con las canciones. Por eso muchas veces no se me ocurren historias cuando pienso en un videoclip, sino que  más bien me vienen a la mente sensaciones, colores, imágenes sueltas…

Puede ser que el único que cuente algo es el de No Truck Truckers, «Romantik». Es una vuelta al estado primigenio. Relato cómo evoluciona el personaje hacia su estado salvaje.

Es tu trabajo que más se parece al estilo de Canadá…

(Risas). Sí, probablemente. Pero sin tetas.

"Heaven"

«Heaven»

Volvamos a tus comienzos. El vídeo de Gary Geld & The Dead Monegros, «Heaven», comienza también con una gran idea, pero creo que no aguanta el tipo en esta ocasión. ¿Qué te parece el resultado?

Costó cero pesetas. Fue el primer videoclip que hice. Estábamos tres personas: Yann, el actor y otros dos echando sangre (Toño García y yo). La cámara estaba fija en un trípode. Habíamos hecho cuatro litros de sangre a base de zumo de remolacha, ketchup y colacao. Cuando grabábamos, nuestra sensación era que estábamos mostrando algo salvaje.  Cuando lo vimos nos dimos cuenta de que nos habíamos quedado cortos. En posproducción le metimos mucha mas sangre.

¿Qué aprendiste con este trabajo?

Que hace faltan mas cosas que una buena idea. Yo me inspiraba en cosas como «No surprises» de Radiohead (risas)… auque a mi el video me gusta mucho.

También he notado que siempre intentas incluir un poco de humor, incluso ironía, ¿lo ves así? 

Me encanta que el público se lo pase bien, aunque esté viendo a un psicópata descuartizando a una persona. Puede que tenga mucho humor negro y me guste dar una vuelta de tuerca, aunque no sé si se aprecia muy bien en todos mis vídeos.

En tu corto «El amor dura 27 planos» hay poco humor…

Es un corto de encargo. Me gusta el plano, pero las voces en off sobran totalmente. Me parece un truco innecesario, de publicidad. El plano ya habla por sí mismo. Cuando fuimos a incluir las voces de los actores rompí el cable queriendo porque no me gustaba cómo quedaba (risas). Todos se asustaron y al final lo tuvieron que grabar en Globomedia. Una lástima, porque que hice todo lo posible para que las voces no viesen la luz.

¿Con más capital, hubieras modificado mucho de tus trabajos?

Sí, los hubiera hecho de otra forma. El de Josh Rouse es el único que no tocaría. El que más cambiaría sería el Gary Geld. En el rodaje solo éramos dos, más el actor. Ni vestuario ni maquillaje. Hubiera querido meter más acciones.

Otra de tus características es que cuidas bastante la fotografía, algo que a veces se deja en un segundo plano en el formato audiovisual español.

Sí, es así. Yo lo veo fundamental para cualquier pieza audiovisual. Tengo una compañera fija, Beatriz Orduña, en la que siempre confío en este aspecto. Nos apañamos con lo que tenemos pero si hay que recortar, nunca es de la fotografía.

¿Qué haría falta en Aragón para crear una base sólida, una estructura, para el medio audiovisual?

Es complicado porque todo depende de tener una industria. Pero eso pasa en cualquier especialidad artística. Si no la hay, no puedes hacer nada con un buen nivel. Aquí funcionamos todo con colegueos y subvenciones. Se necesita una industria para crear un vídeo en condiciones, a lo Beyonce. Aunque tengas mucha imaginación el presupuesto siempre se nota. A mí me encantaría meter elefantes blancos en un vídeo. Pero mira, no se puede, eso es mucha pasta.

Exactamente lo que pasa con el cine español. Yo siempre he defendido que hay que  ofrecer más Torrentes.

Claro, el modelo americano. Te puede gustar más o menos, pero es una industria sólida. Para mí, el verdadero virtuoso es aquel que hace un cine comercial, para todo el mundo y encima es un artista. Por ejemplo, Hitchcock o Ford. Son, o eran, profesionales ante todo, no iban de artistas. Si a Ford le llegas a decir que era un artista, igual te metía un buen puñetazo. Un director o un músico o no tiene porqué ser un artista. Son profesiones. Ahora nadie lo reconoce así.

Esto me recuerda a Sam Raimi que dijo que uno de sus sueños es haber trabajado asalariado para un gran estudio de los años 50…

Toma, yo ahora mismo vendía mi alma al diablo por algo así. Solo por trabajar en los años 40 firmaba. Creaban arte y sacaban pasta. En el fondo, el modelo es lo mismo. Además, en el este formato, yo solo no podría hacer una película. Es con un equipo.

Por algo mucha gente que piensa que el cine es el arte más completo.

Totalmente.

 


 

Los vídeos recomendado por Iñaki Bernal.

Pink Floyd “Another brick in the wall”

No es el videoclip original, si no el de la película de “The wall”. Me impactó mucho cuando lo vi de pequeño. Tuve hasta pesadillas.

Queen “Invisible Man”

Queen tienen vídeos geniales. Han aportado mucho a este mundo. De hecho, su “Bohemian rapshody” es considerado el primer videoclip de la historia. Me quedo con este por ser el más diferente.

Michael Jackson “Smooth Criminal”

“Thriller” es el primer videoclip que recuerdo haber visto. Con él, revolucionó el formato. Yo me quedo con este porque prefiero los gangsters a los zombies. Cuando vi este video descubrí que quería dedicarme a esta profesión.

Radiohead “No Surprises”

Es precioso y virtuoso. Sencillamente perfecto. Me hubiera gustado haberlo hecho yo.

Woodkid  “Run boy run” 

Este es una referencia moderna. Es espectacular. Tanto por el tema, como por la imagen, como por la historia que cuenta.

 
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Entrevista a The Faith Keepers

The Faith Keepers

The Faith Keepers

Como un vendaval. The Faith Keepers arrasaron con todo lo que encontraron en su camino. Su sudoroso, energético y potente directo no pasó desapercibido y al poco de su formación ya era una de las promesas de la ciudad. La edición de su primer disco, homónimo, no defraudó y su mezcla de funk, soul y bugalú cuajó a la perfección. Ahora llega el turno de la confirmación y con “A leap of faith” profundizan en todas las facetas de la música negra. Entrevisté su cantante, Borja Tellez, para un artículo aparecido en Mondo Sonoro. Aquí cuelgo el texto completo.

Lo primero que me ha llamado la atención es que la principal intención de este disco parece ser investigar en mayor profundidad en la música negra, ampliando mucho vuestros estilos. ¿Era esa la idea?

Si y no. Es algo natural. Está dentro de nuestras influencias y nuestro afán por buscar un sonido propio, pero no de una manera premeditada. Es más una cuestión de inquietud y madurez tanto personal como de la banda. Es algo espontáneo y creemos que ha de ser así.

A mucha gente le sorprende que siendo tan jóvenes tengáis un conocimiento tan amplio de este tipo de música. ¿De donde viene vuestra pasión? Si no me equivoco, siempre te ha gustado mucho el northern soul…

No debería sorprender, ya que hablamos de un tipo de música que siempre ha estado dirigida a un público joven y muy involucrado en la vida nocturna. Claro está, que los tiempos cambian. Personalmente, sí me gusta el northern soul pero eso no es más que una pequeñísima parte del total de la música negra que escucho. La pasión a cada uno nos a llegado por vías diferentes. El padre de Jorge tenía una tienda de discos en Tudela; a Edu le inculcaron desde pequeño el amor por el jazz y sus derivaciones; Esteban, Álvaro y yo pertenecimos al movimiento mod; Guillermo abarca un espectro muy amplio en cuanto a gustos; el padre de Johann formo parte de la primera banda exclusivamente de salsa en España; y Ricardo es negro, sin más. No hay un origen común pero si una evolución que camina a la par. Todos estamos en continua búsqueda de artistas y bandas tanto de ahora como de antes y lo bueno de la música negra es que es inagotable.

The Faith Keepers

The Faith Keepers

 ¿Qué tiene esta música que tanto te fascina? 

Si alguna vez te has fijado, cuando suena soul o funk o salsa, casi nadie puede evitar moverse. Es algo muy contagioso y adictivo. El ritmo, la pasión con la que se realiza, el espíritu y calor que desprende… Géneros ya veteranos que siguen llenando pistas de baile y festivales casi de la misma manera que antes. A parte, para mí representa un época, un estilo, una actitud, una manera de afrontar la vida. Siendo sincero, creo que se ha perdido una parte de aquello y en gran medida es culpa de los blancos. Esa arrogancia y chulería tan característica y maravillosa del soul o el funk se ha perdido y a la hora de tocar y crear se nota. Demasiado músico de escuela.

En vuestro directos te metes aún más en el papel de frontman. ¿La estética y la imagen es igual de importante para vosotros?

Por supuesto, hermano. Para hacer buen soul o funk hay que tenerlos muy bien puestos y no amedrentarte. La estética cambia con el paso del tiempo pero no el estilo. Da igual que ya no lleves campanas, un traje de mohair o botines, pero mantente con groove. Habrá gente que al leer esto pensarán que estoy flipado pero es así. Una buena estética o imagen no conlleva ser un gran músico pero si actitud. Y esto se nutre de un 80% de actitud. Todos los artistas de soul, funk, salsa, etc., han tenido siempre una personalidad muy marcada y reconocible. Además, no solo tocas un instrumento, estas dando un espectáculo. Yo al público lo llamo «hermanos y hermanas». Es un trato común entre la gente de mi entorno y un gesto de amor por los demás… que tanta falta hace ahora mismo.

Precisamente, creo que vuestro fuerte es el directo. El disco suena muy bien, pero creo que es muy difícil lo haga como lo lográis en un escenario. ¿Estáis satisfechos en ese aspecto? ¿Os habéis planteado en un futuro poder sacar un disco en directo?

Nos gustaría que el disco sonara aún mejor, eso está claro. Pero estamos en fase de aprendizaje y todavía no hemos encontrado la clave para sacar nuestro mejor sonido en el estudio. Me refiero a producción y mezcla. Por otro lado, estamos muy contentos con el resultado en el disco y pensamos que hay pocas producciones así en la península. Para mí, es más importante ser buenos en el escenario que en el disco, aunque todo hay que dominarlo. El disco es una obra a parte, una carta de presentación. En cuanto a un álbum en directo; es algo que está en nuestras mentes, más que nada para dejar plasmado un recuerdo fiel y orgánico de lo que eran TFK.

Parece ser que el funk y el soul están teniendo un resurgir (y mucho en Zaragoza). ¿Cómo lo ves tú? 

Es un placer. Como antes decía, la actitud no es la misma pero si las ganas. Dj’s muy buenos, salas programando fiestas, clubs y colectivos muy entregados y sobre todo, una puerta abierta para artistas del género en festivales y prensa de otra índole. Parece ser que la música negra empieza a tener su sitio en la piel de toro.

The Faith Keepers

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Cuéntame un poco de la gira que preparáis

Estamos ya completamente inmersos en ella. Hemos estado presentando Leap Of Faith en Andalucía, Galicia, Cataluña y quedan muchas otras fechas. Algunas de ellas gracias al programa «Artistas en Ruta», al que estamos muy agradecidos. Lamentablemente, hemos tenido que cancelar nuestra vuelta al sur en diciembre pero regresaremos, eso seguro. Está Madrid, Euskadi, Comunidad Valenciana, etc. y con vistas a Europa también. Aunque el show más importante es la presentación oficial en nuestra ciudad el 28 de diciembre. Será gratuito en homenaje a toda la gente que nos sigue en Zaragoza y como respuesta a la situación económica tan mala que vivimos. Además, contaremos con la participación de todos los músicos que pasaron por el estudio en la grabación del disco y una fiesta post-concierto con Mr. Pendeho, Esteban y un servidor a los platos. ¡Una celebración por todo lo alto!

Don’t worry bout later se emitió en un anuncio de la final de la Copa del Rey de fútbol y parece ser que Mourinho la ponía en el autobús del Real Madrid.  ¿Notáis que os sirvió para algo?  

Sí pero no es más que eso, una anécdota. No está en nuestra manera de ser sacar provecho de algo así. Algunos pensarán que somos idiotas pero hay que tener mucho cuidado con lo que haces y que nos asocien con un equipo de fútbol no es algo que deseemos. Como ya he dicho en algún otro sitio, estaría mucho mejor que nuestra música no parara de sonar en los cuarteles generales de discográficas o promotoras potentes.

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Entrevista al dibujante Álvaro Ortiz

El zaragozano Álvaro Ortiz acaba de publicar su nuevo cómic, “Cenizas” (Astiberri, 2012), una especie de road movie en la que sus tres protagonistas se plantearán su madurez y lo que significa la amistad. Le entrevista está publicada en Mondo Sonoro en su edición de Aragón, pero aquí cuelgo la versión completa.

Cuando era un niño, siempre pensé que cuando alcanzase los 30 años mi vida sería más sencilla, asentada y que mi cabecita ya no le daría tantas vueltas a problemas sin sentido. Cuánto me equivoqué. Precisamente de esta época de la vida nos habla Álvaro Ortiz (1983, Zaragoza) en su nuevo cómic, “Cenizas”, en el que relata a lo largo de más de 2.000 viñetas las experiencias de tres personajes que rondan la treintena y sus complicaciones para abrazar una vida adulta y estable. El zaragozano ha logrado una obra redonda, mezclando elementos tan dispares como la road movie, el humor o lo fantástico, creando situaciones realmente inesperadas. Aunque el conjunto de la historia deja un regusto amargo, es de agradecer que nunca pierda el sentido del humor.

¿Cuánto existe de autobiográfico en el libro?

Bastante más de lo que me gustaría reconocer y bastante menos del total de lo contado.

Es una historia muy de treinteñeros, ¿crees que la puede disfrutar gente de otra edad igualmente? ¿Piensas que lo podrías haber escrito en otra época?

En realidad la he escrito en otra época porque aún no he cumplido los 30, y cuando empecé a preparar la historia aún era más joven. He hecho un cómic de ciencia ficción pero sin naves espaciales, y he intentado ver cómo será eso de tener 30 años. Espero que sea como lo he contado, pero no creo que me de por comprarme unas botas de cowboy. Estoy seguro de que serán incomodísimas.

Con  las botas se refiere a uno de sus personajes, Moho, un buscavidas sin vergüenza que, en contra de su intención, tendrá que volver a retomar el contacto con sus antiguos amigos, Polly y Piter.

¿Qué importancia le das a la amistad?

Es algo muy importante en mi vida. Ya hablaba de eso en mis tebeos anteriores. Bueno, en “Fjorden” no, que ese trata de un gato oficinista que se va de vacaciones a Noruega y se lía a mamporros con dioses nórdicos y con zombis nazis. En los dos anteriores, «Julia y el verano muerto» y «Julia y la voz de la ballena», ya se trataba bastante este tema. Bueno, en realidad el gato de “Fjorden” se acaba haciendo colega de Thor y de Odín; así que sí, todos mis cómics van sobre ser amigos y beber cerveza.

¿Por qué has decidido contar la historia desde el punto de vista de Piter?

Porque entre todos los protagonistas es el único al que no te dan ganas de abofetear cada cuatro páginas. Creo.

La historia no está ambientada en ningún lugar reconocible, ¿buscabas así contar una historia más universal?

En efecto, pero hay quien en seguida da por hecho que es EEUU, mientras que otros se dan cuenta al momento de que no es EEUU. En el cómic se mencionan lugares, pero siempre ajenos, nunca se menciona dónde están ni a dónde van. Intentaba que el lector vaya a veces casi tan perdido como los personajes.

En el país imaginario que dibuja Álvaro se pueden dar cualquier tipo de situaciones. Por suerte, su mezcla de estilos y referencias (muchas musicales) no entorpece la narración, al revés, le aporta frescura de una manera completamente coherente. 

¿Pretendías incluirlas como acto reivindicativo o fue algo que surgió?

La historia fue cobrando vida ella sola (a veces) y con su propio ritmo. Sí que es verdad que la idea inicial era como más seria, como la parte más de verdad, eso sí, casi siempre con lo de la road movie en la cabeza. Luego todo lo demás vino un poco sobre la marcha con la idea de aligerar un poco la parte drama y conseguir que la historia funcionase y fuese de lectura amena. Hay demasiados generos interesantes como para ceñirse a uno sólo.

Creo que se mencionan siete u ocho grupos de música. Luego aparecen dos o tres libros, un cuadro y se nombra a un director de cine. No creo que sean tantas referencias, ni mucho menos están puestas para reivindicar nada. No quiero que suene en plan «mira que buen gusto tengo, voy a transmitirlo en mi tebeo». Pero es una historia sobre un grupo de amigos y hablan. La verdad es que hablan bastante, así que aparecen ciertas referencias que casi nunca son gratuitas, sino que intentan aportar un poco más de información a lo que está pasando, y a quienes son los personajes.

La música es importantísima en «Cenizas», si esto fuera una película, ¿qué sonaría, a parte de los que nombras?

Mientras hacía el cómic fui haciendo unas listas de reproducción que se podían utilizar a modo de banda sonora no original. Hasta el momento he hecho tres, pero había idea de hacer un par más. La primera fueron canciones que escuchaba constantemente durante los primeros meses del año pasado. La segunda era más acorde a la historia y era sobretodo folkie más o menos de moderneo, todo muy de bajona. Y la tercera era de grupos españoles, algo un poco más ruidoso y oscurete.

Llama mucho la atención la paleta de colores, ¿qué quieres transmitir?

Los colores también van con lo que se está contando y ayudan a que la historia fluya con facilidad, dando a veces pautas casi como si fuesen señales de tráfico, o esa es la idea. Por otro lado, me gusta que las cosas queden agradables al ojo. Existen un montón de viñetas y de información por página, a veces demasiada, y había que buscar una manera sencilla y efectiva de representar las cosas. El color era fundamental en todo eso y los tonos cálidos y pastel también encajan con lo que se está contando.

Una de las partes más sorprendentes del cómic es la narración de la evolución de la cremación, ¿es un tema que ya conocías de antemano?

No los tenía antes de empezar con el cómic pero cuando me puse a prepararlo di con el libro «Breve historia de la cremación» en un mercadillo de segunda mano. Estaba escrito  en alemán, así que me echaron una mano traduciendo algunas partes, porque la verdad es que estaba lleno de material bastante interesante. Ahora soy todo un experto en el noble arte de la quema de cadáveres.

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